Intercambian experiencias del agua y saneamiento
Comparten experiencias sobre el agua. Cortesía

Un equipo multidisciplinario integrado por el Organismo Municipal de Servicios Comunitarios de Agua y Saneamiento (Omscas) de Berriozábal, gestores de San Isidro y la organización Cántaro Azul, realizaron un intercambio de experiencias en Guerrero y Michoacán para fortalecer modelos de gestión comunitaria de agua y saneamiento.

“El reto es grande, pero no imposible. Estos diálogos nos muestran que, con participación comunitaria y alianzas, podemos proteger nuestros recursos para futuras generaciones”, explicó Mauricio Zamarripa, integrante de Cántaro Azul que dio los pormenores de la visita.

Subrayó que estos intercambios buscan cerrar brechas en el ciclo integral del agua, priorizando el saneamiento como eje de salud pública y conservación ambiental.

Para Cántaro Azul, replicar estas experiencias podría impulsar sistemas sostenibles en Chiapas, donde el 30 % de la población rural carece de recurso hídrico gestionado de forma segura.

Visita a Guerrero

En Taxco de Alarcón, Guerrero, el grupo conoció el proyecto MiAgua SaMic, impulsado por Borda Las Américas y la Unidad de Gestión del Proyecto (UGP), en colaboración con 11 comunidades de la microcuenca del río San Juan.

Durante el encuentro, se abordaron temas como gestión de recursos, operación de sistemas descentralizados de saneamiento y componentes técnico-sociales para su sostenibilidad.

Representantes de Omscas y San Isidro compartieron su modelo de gestión comunitaria, destacando su estructura participativa.

Posteriormente, visitaron los sistemas de tratamiento en Hueymatla y Juliantla, comunidades donde MiAgua SaMic ha implementado soluciones técnicas adaptables a contextos rurales. Estos ejemplos buscan inspirar un proyecto piloto en San Isidro, Berriozábal, para replicar tecnologías accesibles.

En San Jerónimo Purenchecuaro, Michoacán, el comité de agua local expuso su sistema de humedales artificiales para tratar el 80 % de las aguas residuales de la comunidad, evitando la contaminación del lago de Pátzcuaro.

Los representantes enfatizaron que, pese al alto costo inicial, la tecnología es rentable a largo plazo por su durabilidad y bajo mantenimiento.

El proyecto surgió de la necesidad de proteger el lago, logrando no solo reducir la contaminación, sino reutilizar agua tratada en agricultura. Durante el diálogo, los comités de San Isidro y San Jerónimo identificaron desafíos comunes, como la financiación y la capacitación técnica, así como oportunidades para adaptar estas soluciones en Chiapas.