Intervienen en rescate de cultivos ancestrales

Gracias a los trabajos del proyecto “Reducción del impacto económico del covid-19 y fomento a la recuperación temprana resiliente en comunidades de México”, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se ha logrado “un punto de inflexión” en las comunidades del Soconusco, pues los productores han recuperado el trabajo de cultivos ancestrales, destacó la integrante de Comunidades Resilientes, Aurora Fernández.

La región del Soconusco es reconocida por sus bellos paisajes y su importancia tanto cultural como económica, además de ser un excelente punto de comercialización entre Centroamérica y México debido a su gran variedad de productos como los mariscos y pescados, ganadería, especies de árboles maderables y frutales.

La gran riqueza de sus suelos ayuda a la producción de diferentes productos como el café, arroz, azúcar y, por supuesto, el cacao. De este último, en años recientes la producción ha sufrido una disminución constante a causa del deterioro de las parcelas por procesos de erosión del suelo y la presencia de plagas.

Lo anterior ha provocado que los rendimientos bajen y que la calidad del producto disminuya ocasionando el abandono de este cultivo milenario en México. Ante esta situación, los y las productoras de cacao en la región del Soconusco en Chiapas iniciaron una colaboración con el PNUD.

“El trabajo realizado hasta el momento en el marco del proyecto ha marcado un punto de inflexión en la comunidad de productores para la recuperación de cultivos ancestrales, y la adopción de prácticas de buen manejo de la tierra para la obtención de cosechas más grandes y de mejor calidad”, destacó Aurora Fernández

El proyecto trabaja con el grupo de productores de cacao del municipio de Escuintla, una agrupación conformada por 12 productores (dso mujeres y 10 hombres), que utiliza el cacao como un medio de vida esencial heredado por tradición cultural y familiar.

El objetivo es revertir las causas de la problemática en torno a este cultivo milenario, bajo una estrategia para la renovación de la producción del cacao orgánico basada en dos ejes: 1) recuperación de suelos con uso de abonos orgánicos; 2)identificación de plagas y renovación de las capacidades productivas.

“Ambas líneas de trabajo requirieron trabajar directamente en las parcelas y también conocer experiencias de otras que han logrado recuperarse y aumentar la producción luego de 12 meses de aplicar las prácticas agroecológicas y poder aspirar a un producto para el mercado de alto valor agregado”, concluyó Fernández.