En la víspera del inicio de la Cuaresma 2025, la Diócesis de Tapachula pidió asumir la fe y la esperanza, preparar los corazones y abrir a la gracia de Dios para celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, sobre el pecado y la muerte; y el garante de nuestra esperanza en la gran promesa del Padre: la vida eterna.

En este año jubilar la iglesia hace extensiva algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria, como lo expresó el papa Francisco.

La Diócesis de Tapachula señala que la cuaresma es el tiempo que prepara a celebrar las fiestas pascuales con un corazón purificado y un espíritu renovado. Es un tiempo transitorio y de preparación, es un tiempo penitencial, la preparación a la renovación de las promesas bautismales para todos los bautizados, la reconciliación con Dios y con los demás y, entre otros aspectos, el poner atención especial a la limosna, la oración y el ayuno.

Agrega que la cuaresma es un tiempo privilegiado para poner especial cuidado en atender el camino de la conversión. Comprende los cuarenta días de preparación para la Pascua de Resurrección, empieza el miércoles de ceniza y termina antes de la misa de la Última Cena del jueves santo.

Refiere que el miércoles de ceniza recuerda a cada cristiano su situación de pecado y la necesidad de convertirse, e invita a practicar la limosna, la oración y el ayuno. También recuerda los cuarenta días que Jesús vivió en el desierto y su lucha contra las tentaciones.