Irrumpen desconocidos en anidamientos de cocodrilos

Irrumpen desconocidos en anidamientos de cocodrilosLa Conanp y las autoridades tienen los reportes de las personas que están invadiendo las zonas de anidamiento. Carlos López / CP

La ruta entre la presa Usumacinta y el Árbol de Navidad en el Cañón del Sumidero, es transitada y anidada por cocodrilos de alta envergadura, por lo que es imperante respetar este territorio, particularmente en la actual temporada de lluvias y ciclo reproductivo.

Documentan presencia humana

En tanto se respeten estos espacios de reproducción y anidación, los ataques hacia humanos deberían ser improbables; no obstante, recientemente se ha documentado la presencia de humanos en kayak o a pie realizando irrupciones ilegales que podrían resultar trágicas, confirmó la encargada del Programa de Monitoreo Biológico del Parque Nacional Cañón del Sumidero, la bióloga Edith Belén Jiménez Díaz.

La especialista en monitoreo explicó que el cocodrilo habitualmente rehuye al humano y los prestadores de servicios turísticos fluviales de Chiapa de Corzo y Osumacinta, así como las autoridades, han mantenido un correcto manejo de los territorios y la interacción reducida con estos reptiles, que regularmente escapan al escuchar el sonido de los motores de lanchas.

Periodo de alerta

No obstante, en su ciclo reproductivo —de febrero a julio—, de anidación y eclosión son particularmente territoriales y agresivos para la defensa de sus crías; además que en la época de lluvias extienden su territorio.

Estos espacios de reproducción son los que resultan imperantes conservar desde la distancia y el respeto para evitar accidentes.

En la zona común del Cañón del Sumidero puede ubicarse entre la Presa Usumacinta y el Árbol de Navidad, en la cuenca media del río Grijalva, con paradas específicas en el terreno del Parque Amiku, la Zona del Tomatal y El Escudo, espacios donde anidan y habitan estos reptiles.

Y es que, en general, dentro del parque se tiene un censo de unos 200 cocodrilos de diversas edades y tamaños, pasando de 1.5 hasta casi seis metros de talla.

Humanos invasores

Sin embargo, los recientes reportes de personas realizando actividades de sederismo y kayak, sin autorización de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) alertan sobre las graves consecuencias que pudieran tener.

Se trata de personas que pudiesen estar realizando paseos a diversas zonas del Cañón del Sumidero, que por ignorancia o decisión están invadiendo espacios prioritarios de los cocodrilos.

En esos casos, es una irresponsabilidad de los paseantes, agencias de viajes y guías de turistas que están realizando esta actividad que representa riesgo de posibles ataques provocados por la irrupción del hombre, por lo que las autoridades están atentas.

Y es que, en una suerte de pacto natural, los cocodrilos y los hombres en el Cañón del Sumidero han dividido sus territorios, se respetan histórica y míticamente, aunque pareciera que es el humano quien está rompiendo estos armónicos acuerdos.

No obstante, la Conanp mantiene una campaña permanente para generar conciencia sobre los riesgos de estos actos y reducir la invasión a los espacios de anidación.

Ante ello, aseguró se trabaja de manera coordinada con Semarnat, el Zoológico Regional Miguel Álvarez del Toro, Profepa y Protección Civil del municipio de Chiapa de Corzo, en una estrategia que incluye varias líneas de acción, como el monitoreo de la población de cocodrilos.

Esto a fin de mantener la armoniosa relación entre los reptiles y los humanos, que permitan la contemplación y el desarrollo turístico de la zona, sin afectar la supervivencia de estos majestuosos animales.