Un jaguar (hembra) que fue decomisado en Chiapas hace unos días en un operativo por autoridades de seguridad y enviado al Zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT), seguirá al interior de la dependencia y bajo cuarentena, pero se descarta que se pueda incorporar al hábitat natural, enfatizó Carlos Alberto Guichard Romero, director operativo de este espacio.
Comentó que hay una suposición de que este ejemplar no viene de la naturaleza, toda vez que muestra condiciones de que ha sido manejado en sitios controlados desde tiempo atrás.
El biólogo calculó que el ejemplar tiene en promedio entre 10 meses y un año de edad, está en condiciones de salud y peso aceptables y acorde a su periodo de vida.
Al estar en cuarentena, refirió, se le hará un análisis para conocer más detalles de su linaje y genética, pero antes de eso, el animal debe recuperarse y estabilizarse.
Guichard Romero descartó la liberación del ejemplar, debido a que este proceso implica tener la certeza del linaje y la genética del animal, y ponerlo en su hábitat natural es una situación que tiene que hacerse de manera cuidadosa.
Otro factor, remarcó, es que en los lugares donde hay jaguares están ocupados por las poblaciones naturales de la especie y no se recomienda llevar un animal de cautiverio a la vida libre en Chiapas.
En México el jaguar es un animal que puede venderse y comprarse a través de una factura, pero quien lo adquiere debe tener un centro o un lugar registrado donde mantenerlo.
El zoológico cuenta en estos momentos con 5 jaguares, sin embargo, tres son ejemplares pintos y de esos uno tiene cierta longevidad (el macho), otra hembra es más grande y ha presentado algunos trastornos de salud. Hay otro macho que tiene alrededor de entre 7 y 8 años. Los otros dos ejemplares son los negros.
Con lo antes señalado, el biólogo remarcó que el jaguar decomisado está considerado para que se quede en el zoológico, con el paso del tiempo se podría incorporar al área de exhibición.