Hay evidencia científica por investigaciones hechas en diferentes países de que el jarabe de maíz de alta fructosa, ingrediente de cientos de productos procesados, causa enfermedades en el hígado, intestinos, páncreas, porque provoca un alza de la glucosa, triglicéridos, ácido úrico y otros problemas.
Se sabe también que es uno de los precursores de la obesidad infantil, indicador en el cual nuestro país ocupa el primer lugar a nivel mundial, por eso falta de cultura de una nutrición saludable desde la infancia.
Un registro emitido hace algunos años indicaba que una persona consumía entre 2.3 y 2.6 % de jarabe de maíz de alta fructosa, lo que ha aumentado hasta un 27 % porque se puede encontrar en un sinfín de galletas, refrescos, salsas y más.
Mayra Méndez Bautista, docente-investigadora de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Alimentos de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), comentó que esta sustancia se obtuvo por ensayos científicos.
Se tienen que utilizar una serie de solventes y reactivos para poder obtener el jarabe de maíz de alta fructosa, y en algunos países utilizan maíz transgénico para su elaboración, lo que causa otras reacciones.
Se trata de un líquido transparente, que no se obtiene de forma natural, tiene que pasar por un hidrólisis de los almidones que contiene y que no modifica características de olor, sabor o consistencia al ser añadido, por eso fue muy bueno para la producción de gran variedad de alimentos procesados.
Se introdujo a México a partir del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, por los 70. Fue tomado por la industria de alimentos como oportunidad de disminuir costos en cuanto a sustituir el uso del azúcar natural.
Incluso, a partir de su llegada, la industria en México notó que podía producir su propio jarabe de maíz de alta fructosa al ser gran productor de maíz.
Desafortunadamente la mayoría de las personas ha tomado un estilo de vida más fácil, con el acceso a cientos de productos procesados y listos para su consumo.
Un paso importante fue la implementación de los sellos de advertencia en los productos, pero hace falta más, como regular el uso de endulzantes.