Óscar Alejandro Cruz Toalá tenía 12 años cuando observó en el cielo una bola de fuego; entonces sintió la necesidad de saciar la curiosidad y comenzó a leer e investigar. Ahora, con 39 años, es un reconocido ingeniero fundador de “Jatamatzá” Club de Astronómico, el primero en Chiapas.
“La mente de un científico es la mente de un niño, siempre para preguntar el por qué”, y Óscar comenzó a hacerse preguntas desde que hojeaba los libros de geografía en la escuela primaria. Más adelante estudió Ingeniería Civil en la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) y por su promedio recibió una beca con la que pudo adquirir su primer telescopio.
Fue tal su emoción que comenzó a compartir la nueva adquisición y en la dinámica se unieron más amantes de la astronomía y juntos iniciaron la tarea de divulgar la ciencia, que para Óscar es una forma de nutrir el conocimiento y la percepción del universo.
“Todo surge desde donde estamos ubicados geográficamente, llevarlo a nivel espacial y catapultarlo a nivel más universal”, dijo Óscar, quien soñó con ser astronauta, viajar al espacio exterior y darse una vueltecita por la Luna.
Aunque el viaje es un tema pendiente por su trayectoria en la divulgación de la ciencia, en el 2021 le permitieron portar el traje del astronauta canadiense Chris Hadfield que usó durante los experimentos de investigación en la Estación Espacial Internacional.
Y en fechas recientes obtuvo el nombramiento honorífico para formar parte del primer Comité de Asesoramiento en Divulgación de Ciencia y Tecnología en el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de Chiapas (ICTI).
El club astronómico
En el 2009, cuando se proclama Año Internacional de la Astronomía por la Unesco, fueron convocados los propietarios de telescopios al evento “Noche de Estrellas”, en el que Cruz Toalá coincidió con amantes de la astronomía.
En este diálogo surgió la idea de agruparse y en el 2010 fue cuando comenzó a constituirse el club a través de invitaciones para asistir a espacios públicos a observar el cielo con los telescopios que tenían a la mano.
Para constituir el Club Astronómico en el 2013, indagaron sobre un nombre que les diera identidad como originarios de Tuxtla Gutiérrez, de la región zoque de Chiapas, “buscamos la traducción más cercana para que fuera ‘señor de las estrellas’ y en zoque del centro, Jatamatzá fue lo más cercano”.
El Club Astronómico Jatamatzá es independiente, no pertenece a ninguna institución, “y lo hacemos por amor al arte”, hizo hincapié el ingeniero, pilar de este grupo que visita escuelas, parques públicos y todo espacio donde sea requerida la divulgación científica.
“La mayor parte de los integrantes no tienen equipos, pero por medio de donativos que las personas hacen al club en las visitas, podemos adquirir este tipo de telescopios”, además con el trabajo independiente que hace ha podido adquirir otros equipos.
Tres de los telescopios más nuevos que tiene Jatamatzá fueron proporcionados por Celestron, una empresa que distribuye telescopios en México y quien decidió apoyar al club con instrumentos y equipos ópticos por la cantidad de actividades que realizan cada fin semana, “se interesó en hacer una colaboración”.
Por su parte, el club contribuye con talleres en línea que también son gratuitos, así como asesorías en temas de astronomía a través de las plataformas digitales dirigido a personas de todo el país.
Jatamatzá está vinculado con clubes de Tabasco, Oaxaca, Querétaro, Puebla, Nuevo León, Ciudad de México y Coahuila, con los que fundó la Red de Agrupaciones Astronómicas de México, que tiene el objetivo de hacer enlaces y vínculos de trabajo colaborativo a nivel nacional.
Divulgación
Desde su creación, el club ha tenido gran aceptación en los espacios en que proporciona las charlas de astronomía que concluyen con la observación del cielo.
“Cuando se acercan se sorprenden porque no es común ver a la Luna tan de cerca y con tal definición. Es a través de este instrumento que podemos llamar la atención de las personas, sobre todo de la población infantil y de la juvenil”.
Pero Óscar Cruz reconoció que hace falta mucho espacio y, sobre todo, voluntad de las dependencias de gobierno y de las empresas privadas para llevar este tipo de actividades con contenido educativo a otros rincones de Chiapas y del país.
Por lo pronto, las personas pueden donar en especie con lápices de colores usados, pistolas de silicón, pegamento, silicón, hojas blancas para que el Club Jatamatzá lo traslade a las zonas rurales en donde se brindan los talleres de forma gratuita y acercar la ciencia, “los pocos recursos que tenemos los estiramos para llegar a la mayor cantidad de personas”.
Los esfuerzos valen la pena, dijo, pues la desinformación dirigida a la niñez puede llevarlos a un mundo no deseado, para ello buscan desincentivar este tipo de actividades y que los menores de edad ocupen tiempo con aplicaciones que le sean útiles en el mundo digital.
Actividades
El Club Astronómico Jatamatzá busca espacios públicos para llevar tardes de observación lunar, ahora con las fases crecientes de la Luna y los proyectos que vienen arrancan este mes de mayo con el “Ciclo de capacitación para observación de los eclipses”: el anular en Campeche y Yucatán, y que tendrá parcialidad de 80 % para Chiapas.
“Estamos capacitando para el 14 de octubre y 8 de abril de 2024, que se verá en Torreón, para ver el eclipse de una manera segura y romper la barrera de superstición”, dijo Cruz Toalá.
El 24 y 25 de mayo lanzarán cohetes hidropropulsados con dos categorías, para niños y niñas menores de 12 años; y adolescentes de 12 a 16 años, previo a un taller gratuito que se realizó hace unos días.