El 18 de julio de 2021, Rubén Stevens Juárez Cameras se subió a la unidad 7301 que conducía Edgar Fabián Nandayapa Urbina, pero en la pendiente de la 2.ª Sección de Chapultepec fallaron los frenos y se accidentaron.
Al transportista, Julio Arturo Chong Kuan, alias “el Chino”, no le importó que la unidad de su propiedad haya estado involucrada en la muerte de Stevens, de 23 años de edad, y al parecer tampoco le importó a la autoridad.
El joven también era chofer y ese día se subió como copiloto antes de intercambiar de turno con Edgar Fabián.
“Tenemos testimonios de que la combi estaba fallando y Fabián cometió el error de no avisar a Stevens ni al checador que no respondían los frenos”, recordó María Reina Cameras Gumeta, abuela de Stevens.
Dijo que el chofer se quejaba de las constantes fallas mecánicas de las unidades viejas que todavía funcionan como transporte público en la zona de Chapultepec, una de las más pobladas.
Durante cuatro años como trabajador del “Chino”, Stevens no tuvo ningún tipo de prestación ni seguro de vida; “tres días trabajaba porque los otros cuatro arreglaban el carro”, aseguró María Reina.
Julio Arturo Chong Kuan tuvo conocimiento del accidente, sin embargo solo respondió dos llamadas de Rafaela Juárez Cameras, tía de Stevens.
“‘El Chino’ dijo que iba a llamar a la aseguradora Banorte” y no volvió a responder el teléfono, comentó.
Nunca se hizo cargo ni de los gastos hospitalarios ni funerarios de Stevens, “no se hizo cargo de nada”. El 22 de noviembre de 2021, Stevens falleció y “fue triste”, lamentó su abuela.
En el zaguán de su casa, María Reina colocó un significativo altar con dos fotos de Stevens rodeadas de imágenes de santos y de la Virgen de Guadalupe. Si se apaga la veladora, enciende los foquitos, pero nunca olvida dejar una luz encendida en ese pequeño rincón dedicado a su nieto.
Hasta ahora ni la FGE ni la Secretaría de Transporte continuaron con la investigación y “el Chino” sigue operando con total impunidad.