Jesús: es el pan de vida : Obispo
Conviene ser buenos y comprensivos y perdonarnos los unos a los otros como Dios nos ha perdonado, sostuvo. Diego Pérez / CP

El obispo de San Cristóbal de Las Casas y administrador apostólico de Tuxtla Gutiérrez, Rodrigo Aguilar Martínez, reflexionó sobre el pasaje del evangelio de San Juan, capítulo seis donde Jesús se presenta como el “Pan de vida”.

El líder religioso sostuvo “escuchamos la extensa catequesis de Jesús a partir del signo o milagro de la multiplicación de los panes, con un enfoque eucarístico que nos llevará este domingo y los dos siguientes”, dijo.

“Parecería que la gente está disponible para seguir a Jesús, así se lo han dicho señor: ‘danos siempre de ese pan y Jesús ha respondido’”.

“‘Yo soy el pan de la vida, el que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí, nunca tendrá sed’, pero mientras más revela Jesús, más se cierra la multitud que lo escucha, por eso murmuran cuando ha dicho: ‘yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo’”.

Y agregó “Ellos replican: ‘acaso no conocemos a su padre y a su madre, cómo es que nos dice que ha bajado del cielo,’ creen conocerlo bien pero solo admiten su humanidad”, reflexionó.

Por lo que Aguilar Martínez asegura: “Aparentemente, nosotros estaríamos en mejor posición, pues conocemos todo el desarrollo de la misión de Jesús y nos sostiene la fe de la Iglesia a lo largo de dos milenios; sin embargo, también caemos en dudas y resistencias para escuchar y seguir a Jesús”.

Ante ello dijo que nos viene bien atender y acoger lo que dice el texto: “Para creer en Jesús se requiere que seamos atraídos y dóciles al padre, escuchar al padre nos hace acercarnos a Jesús el pan de la vida”.

Primera lectura

Cita también que en la primera lectura del profeta Elías, “va huyendo de la reina Jezabel, pero se siente desfallecido y desea la muerte, entonces Dios le envía un ángel y un alimento gracias al cual caminó 40 días y 40 noches hasta el Loret del monte de Dios”.

De tal manera que advertimos y valoramos la energía que dicho alimento le proporcionó a Elías, “ahora bien, nosotros en la eucaristía tenemos un pan más sustancial y vigoroso que Jesús nos ofrece diciendo: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este pan vivirá para siempre, sin embargo, nos vemos y vemos tantos bautizados que no reciben este pan bajado del cielo, señal de que no reconocemos lo que nos hará vivir para siempre”.