Francisco Lazos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Chiapas, expuso que, ante la propuesta de reforma laboral que busca reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en México, traerá afectaciones como aumento de informalidad y cierre de empresas.
Lazos destacó que aunque existe coincidencia con otras cámaras empresariales, como la Canaco en la necesidad de fortalecer la unidad del sector, la implementación de esta reforma debe considerar las particularidades de las empresas, especialmente las micro y pequeñas, para evitar afectaciones a su productividad y competitividad.
Consideró necesario que la ejecución sea escalonada y consensuada: “La reducción horaria debe analizarse según el tamaño y sector de cada empresa, con estudios de factibilidad que minimicen riesgos en la producción y el empleo”.
Por ello, solicitó que las inquietudes de los empresarios sean tomadas en cuenta, evitando decisiones unilaterales que no consideren la diversidad económica del país.
En este escenario, alertó que sin medidas diferenciadas, muchas micro y pequeñas empresas podrían verse obligadas a cerrar o migrar a la informalidad, incrementando el desempleo.
Sin embargo, otra preocupación en caso de que la reforma avance sin ajustes, es que los costos adicionales podrían trasladarse a los consumidores.
El sector esta abierto al diálogo
Lazos enfatizó que el sector industrial está dispuesto a colaborar en acuerdos que mejoren las condiciones laborales, pero subrayó la necesidad de “leyes justas”, elaboradas con participación empresarial.
“No estamos en contra de beneficiar al trabajador, pero debe haber equilibrio para no ahogar a las empresas”, precisó.
Como ejemplo, mencionó la disparidad entre grandes productores de mojarra en Chiapas y los pequeños pescadores, cuya capacidad de adaptación es distinta.
“Los legisladores deben entender que no es lo mismo una empresa industrial que una microempresa familiar”, afirmó.
Finalmente, el presidente de la Canacintra reiteró su compromiso con el diálogo para lograr una reforma que beneficie a todos los actores, sin comprometer la viabilidad de las empresas ni la economía familiar.