Ante las situaciones de violencia que se han vivido en los últimos días en el estado, el arzobispo, monseñor Fabio Martínez Castilla, hizo un llamado a las autoridades para que hagan lo correspondiente como autoridad.
“Hacemos un llamado a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno para que hagan lo que les corresponde como autoridad, para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, para evitar que estos hechos violentos se repitan, para que ninguna muerte violenta quede impune”, expresó el líder religioso.
En este contexto, comentó que en esta última semana “hemos sido testigos de cómo la violencia va ganando terreno en el estado”.
Además lamentó que desde los partidos políticos se promuevan ideologías que falten el respeto a la vida, “porque si no se respeta la vida de un inocente en el vientre de su madre, cómo se va respetar la vida de un anciano o de un joven, y eso genera como consecuencia que muchos se maten, porque se ha perdido el respeto a la vida”.
Hechos lamentables como el acontecido en Tuxtla el pasado 7 de julio, ha generado en la población un sentimiento de indefensión y de miedo.
“También nos ha consternado mucho la muerte de Simón Pedro Pérez López, indígena tzotzil catequista de la parroquia de Santa Catarina, Pantelhó, de la hermana diócesis de San Cristóbal de Las Casas, quien además fue presidente de la organización civil Las Abejas de Acteal, que a través de su lucha pacífica ha estado en una constante búsqueda de justicia y paz.
“Miramos preocupados la terrible situación de la vida de más de dos mil personas de los municipios de Pantelhó y Chenalhó, desplazadas por la violencia generada por el crimen organizado”, indicó.
Continuó: “Como sucede en estos casos, quienes más padecen las consecuencias de estos actos inhumanos son los más pobres, mujeres, ancianos y niños. Los pobladores de esos municipios han denunciado desde hace mucho la colusión entre autoridades y grupos delincuenciales que vienen menoscabando la paz y la seguridad y van sembrando sufrimiento, muerte y terror”.
A los creyentes y demás personas de buena voluntad, sostuvo, “quiero exhortarlos a sumar esfuerzos a favor de la paz y el buen convivir; no perdamos la esperanza. Renunciamos al uso de la violencia como camino para superar los conflictos”.