La orfandad que ha dejado la covid-19

De acuerdo con el Banco Mundial (BM), la cifra de muertos a consecuencia de la covid-19 es superior a los cuatro millones y no se ha detenido, sin embargo, uno de los grupos más afectados por la muerte de los adultos es el integrado por niños que perdieron a una madre o un padre, o en algunos casos, a abuelos que los mantenían bajo su cuidado.

La pandemia ha tenido un importante costo humano, y sus efectos económicos y sociales se hacen sentir a nivel mundial.

Mediante una combinación de nuevos proyectos, la reestructuración de los existentes con componentes de emergencia y la utilización de nuestros instrumentos de financiamiento para casos de desastres, la respuesta del Grupo Banco Mundial está orientada a cuatro esferas clave, las cuales son las siguientes: salvar las vidas amenazadas por la pandemia; proteger a los pobres y vulnerables; ayudar a salvar los empleos y las empresas; y trabajar para contribuir a una recuperación más resiliente.

Pero la crisis originada por la pandemia tiene a víctimas colaterales, un grupo importante son los menores de edad que han perdido a su padre o su madre, o en algunos casos a quienes los tenían bajo su cuidado.

La situación se agrava por la invisibilidad de la que pueden ser víctimas los menores, que en medio del luto son altamente vulnerables y están expuestos a riesgos como la pobreza, malnutrición, desplazamiento, separación de hermanos y demás familiares, así como deserción escolar, depresión, violencia y matrimonio infantil.

Cómo hacer frente a la ola de orfandad

Los autores del artículo de “The Lancet” han redactado una nota sobre políticas para orientar la respuesta. Este documento se basa en las enseñanzas extraídas de la crisis del VIH/Sida —que también dejó a una generación de huérfanos— y pruebas de intervenciones de política exitosas.

En tanto que de acuerdo con Axel Van Trotsemburg, en el artículo “Una respuesta decidida a la covid-19 (coronavirus), y un camino hacia la recuperación, los impactos económicos y sociales de la pandemia”, se hacen sentir a nivel mundial en medio de una gran incertidumbre, por lo que todos podemos prever un mundo muy diferente durante un largo tiempo en el futuro.

Es probable que millones de personas caigan en la pobreza extrema como resultado, y aquellas que ya son pobres sufran privaciones aún más profundas.

Prevenir, preparar y proteger

Es importante preparar a las familias extendidas o de acogida para atender a los niños que se quedan sin cuidado parental, a fin de evitar la institucionalización de ellos.

Se propone la aplicación de programas de protección social que tengan en cuenta a los menores y que combinen las transferencias de efectivo con el apoyo a los cuidadores, con la finalidad de protegerlos de mayores riesgos de pobreza, vulnerabilidad y violencia.

El BM tiene un papel fundamental en la ayuda a los países para que desarrollen políticas y programas de apoyo a los niños que han quedado huérfanos debido a la covid-19.

De acuerdo al organismo mundial, su labor con los gobiernos, los asociados en la tarea del desarrollo, el sector privado y la sociedad civil es esencial para prevenir nuevas muertes, por lo que es necesario fortalecer los sistemas de salud y apoyar la vacunación, deteniendo de esta forma la ola de orfandad.

Considera clave el apoyo directo a los países y la colaboración con los asociados a través del mecanismo Covax y otros canales, por lo cual es clave para promover el acceso y la distribución de las vacunas, junto con una atención constante a las estrategias de contención, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la preparación para casos de pandemia.

Los elementos mencionados son considerados como un punto central de la respuesta del BM a la covid-19, y se incluyen como propuestas en el nuevo tema especial de la vigésima reposición de los recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF-20) relacionado con el capital humano.

También es fundamental preparar a las familias, por lo que se debe de evitar la institucionalización debido a su evidente daño al desarrollo psicosocial, físico y cerebral, como lo han demostrado repetidamente estudios hechos durante muchas décadas, entre ellos los del coautor Charles Nelson.

Fortalecimiento

El fortalecimiento de la capacidad del sector público para abordar estas cuestiones es fundamental para el programa general. Los sistemas públicos y comunitarios cuentan con una fuerza de trabajo capacitada, empoderada y dotada de recursos, sobre todo en materia de desarrollo en la primera infancia, salud y protección social.

Los gobiernos y los asociados mundiales deben priorizar los recursos para los programas infantiles, a fin de abordar la pandemia de covid-19 y establecer bases sólidas para una recuperación inclusiva, duradera y equitativa.

Estos mismos asociados nacionales y mundiales tienen que dar prioridad a los recursos técnicos para la modelización, la identificación, el seguimiento y la evaluación continuos de los programas dirigidos a los niños que han quedado huérfanos debido a la muerte de sus cuidadores producto de la covid-19.

Este es un desafío particularmente en los países que enfrentan restricciones fiscales, mientras el mundo debe abordar la mayor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.

En la actualidad, las inversiones en el capital humano de los niños son esenciales para garantizar no sólo su futuro, sino también el futuro de sus comunidades y países. Estas inversiones tienen altas tasas de rendimiento que se acumulan a lo largo de la vida y de una generación a otra.