Obispos dirigen llamado a la paz

El arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor Fabio Martínez Castilla, dio a conocer que desde su posición, la Iglesia católica busca promover la paz en diferentes situaciones, por lo que hizo un llamado a la paz, promovido y motivado por parte de los obispos de México.

Indicó que hace unas semanas los obispos de México presentaron el mensaje titulado “Que el Señor nos bendiga con la paz”, que contiene una palabra de consuelo, en la cual expresan “su cercanía y acompañamiento para quienes sufren a merced de distintas formas de violencia que parece que no se pueden frenar”.

De igual manera, que es una palabra de aliento a quienes viven comprometidos con la construcción de la paz y a quienes son responsables del entramado institucional que permite que la paz sea posible para todos.

Además de un fuerte llamado a la conciencia de todos los que causan sufrimiento y muerte, para invitarlos al arrepentimiento y conversión de vida.

Martínez Castilla dijo que no es la primera vez que los obispos se pronuncian frente al clima de violencia y a la urgente tarea de construir la paz en el país.

Rememoró que en el año 2010 hicieron pública la exhortación pastoral “Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna”, que mantiene una gran actualidad debido al clima de violencia imperante en gran parte del territorio nacional.

Del mismo modo, dijo que “los obispos son conscientes de que la construcción de la paz es una tarea que nos pide atención permanente y que se deben realizar en el corto, mediano y largo plazo”; por ello, en su Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, entre las seis opciones pastorales que consideran prioritarias, señalan en primer lugar la “opción por una Iglesia comprometida con la paz y las causas sociales”.

En este contexto, expuso que en Chiapas la Iglesia suma acciones en la búsqueda de la paz en los conflictos en los que se les solicita, apuntando casos como Los Chimalapas, en donde expresó que la situación se mantiene en una tensa calma, pero los pobladores están en cierto grado de tranquilidad porque permanecerán con sus propiedades, a pesar de que no conservarán su “origen” como chiapanecos.