Karen Koch-Ferrer Aquino, es una chiapaneca ejemplar que pese a tener una condición no esperada en su vida, sobresale a sus 30 años de edad desde lo profesional, personal y deportivo.
A los 10 años, le fue detectado el síndrome de Guillain-Barré, el cual ocasiona una parálisis progresiva del cuerpo que ataca al sistema nervioso central, destruye la mielina que es un neurotransmisor que manda mensajes del cerebro, al ya no tener esta sustancia puede ocasionar la pérdida de la movilidad en extremidades.
Sin embargo, hoy a 20 años de ese suceso, Karen se siente completa y feliz, ya que tomó esta limitante como una característica más de su personalidad chispeante, que con su forma de pensar la ha llevado a sitios donde nunca pensó.
Enfermedad
Desde los tres años, Karen bailaba danza folclórica, jugaba futbol, le gustaba la lucha libre y la música. Al llegar al 15 de octubre de 1999 con 10 años de edad, comenzó a sentir que perdía fuerza en la pierna derecha y tenía arena en el zapato, lo que fue un primer síntoma del Guillain-Barré.
Al siguiente día, pasó lo mismo con la pierna izquierda, ante la gravedad del avance, tuvo que irse a la Ciudad de México al Hospital Infantil “Federico Gómez”, donde le confirmaron el diagnóstico. Ella describe como el proceso más doloroso el momento en el que tuvo que enfrentar procedimientos quirúrgicos dolorosos para detectar la enfermedad.
“Me quede 15 días en terapia intensiva, perdí la función de hacer pipí. Me hicieron tomar una muestra de mi espalda, colocarme una sonda, entre otros procedimientos complicados. Me dijeron que perdería la función de los brazos, pero no fue así, se detuvo y se controló el avance. Los doctores que dieron el balance nos dijeron que mi cuadro era grave y que pensara en como iba a vivir sin mis piernas, no tuvieron tacto para explicarnos”, dijo.
Discriminación
Karen dijo que la adaptación a usar la silla de ruedas no fue problema, pero si fue con la gente. “En el 2000, el tema de la inclusión no se conocía, la discapacidad era algo que no preponderaba en las calles, no existía un trato igualitario para nosotros. Me hicieron mucho bullyng, no hicieron falta los comentarios como lisiada, coja y que me regalaban las calificaciones por estar así”, comentó.
Sin embargo, la tuxtleca relató que el Centro de Educación Básica “Belisario Domínguez” (Cebech) fue la institución que la supo acoger en su desarrollo educativo, ya que si bien existieron algunos comentarios, los docentes entendieron su condición y la ayudaron a entenderla.
No obstante, para el 2004 al momento de llegar a la Universidad del Valle del Grijalba (UVG), la rechazaron por su condición.
“El director general de la Universidad se enteró del hecho llegó a Chiapas por el caso y mencionó que me darían las facilidades para que pudiera estudiar. Por lo que fueron adaptando la institución para personas con discapacidades”, comentó.
Sobresaliente
Karen al paso de unos años, con su gran sentido del humor y al encontrar a las personas correctas, intenta retomar cosas que hizo en la infancia y al mismo tiempo, superarse en otros rubros.
La primera de ellas fue terminar sus estudios en Medicina Alternativa, al punto de llegar hasta una maestría, ahora con más de 20 diplomas se hizo una experta en acupuntura, masoterapia y aromaterapia.
Al mismo tiempo, en una ida a Caña Hueca encontró a un grupo de personas que se encontraban con sillas de ruedas, las cuales entrenaban basquetbol adaptado, la cual sería una experiencia que le cambiaría la vida.
“Tres chicas se acercaron a mí para preguntarme si quería ir a un entrenamiento. Le mencioné a mi mamá y me dijo que era un juego muy brusco, sin embargo, siempre me ha gustado el deporte por lo que quise volver a jugar”, comentó.
Desde hace un par de años, Karen es integrante del grupo femenil de Chiapas en basquetbol adaptado, pese a que no se ha conformado un equipo, junto a sus compañeros hombres llevan este deporte a diferentes municipios con el fin de encontrase con más personas con esta discapacidad y platicar con ellas, esto como una labor social.
Karen gracias a comentarios de sus compañeros encontró el concurso nacional “Miss Weelchair”, un certamen de belleza que al participar la llevó a representar a Chiapas a nivel nacional.
“No me considero muy femenina, pero me dio curiosidad. La convocatoria se fijaba en otras cuestiones como la labor social, la cual había hecho con el basquetbol y con la rodada de la inclusión que hice, en la cual invité a funcionarios públicos a que se unieran a una rodada para entender las limitantes que tienen las personas en sillas de ruedas al deambular por al ciudad”, señaló.
Después de llegar al concurso, el Gobierno de Veracruz, sede del concurso nacional, les quitó el apoyo a las participantes y organizaciones para hacer este evento, no obstante, en menos de seis días recaudaron lo necesario y pudieron hacerlo.
Karen ganó este concurso y representará al país en el “Miss Weelchair Internacional 2019” en marzo del próximo año en Francia.
Menciona que si bien estamos en el 2019 aún existen retos por superar en el tema de la inclusión de personas discapacitadas y dará hasta el último de su aliento para mejorar la condición de vida de este grupo.