La capital busca reencontrarse con su historia

La ciudad es una de las pocas en el país que no destina recursos para preservar su patrimonio. Diego Pérez / CP
La ciudad es una de las pocas en el país que no destina recursos para preservar su patrimonio. Diego Pérez / CP

Declarada como villa en 1813 y capital del estado en 1892, Tuxtla Gutiérrez ha experimentado transformaciones profundas en su fisonomía urbana.

Las casas de adobe y teja de barro, los patios interiores y las calles empedradas que alguna vez definieron su identidad han ido desapareciendo, desplazadas por estacionamientos, edificios modernos y locales comerciales.

Historiadores y autoridades coincidieron en la urgencia de crear un centro histórico que ponga en valor los vestigios de la capital chiapaneca y reactive su vocación turística.

El crecimiento acelerado y la falta de planeación urbana han relegado el valor histórico de la ciudad.

Barrios originales

De los cuatro barrios originales, Santo Domingo, San Jacinto, San Andrés y San Miguel, solo los dos primeros conservan parte de su traza y espíritu tradicional.

Los otros, borrados por la expansión urbana, representan una pérdida irreparable para el patrimonio arquitectónico de la capital.

“Tuxtla es la única capital del país que no tiene inversión para rescatar su centro histórico, y eso es grave en un estado cuya economía depende en buena parte del turismo”, advirtió el historiador y escritor Roberto Ramos Maza.

El investigador propuso que los tuxtlecos se reapropien de su historia, iniciando un recorrido simbólico en la Estatua de la Libertad, situada en la plaza central.

Este monumento, donado por Porfirio Díaz en 1910 y colocado finalmente en 1925 bajo el gobierno de Carlos A. Vidal, no solo conmemora la independencia, sino también el derecho al voto femenino en Chiapas, otorgado ese mismo año, convirtiendo a la estatua en un emblema de libertad y modernidad temprana.

A su alrededor existieron símbolos fundamentales: la ceiba, la pila y la casa natal de Joaquín Miguel Gutiérrez, héroe local.

La independencia

En ese mismo espacio se proclamó la independencia de Tuxtla el 4 de septiembre de 1821 y se realizó el plebiscito de 1824 que definió la unión de Chiapas a México.

A unos metros del parque central, sobreviven joyas arquitectónicas como la Catedral Metropolitana de San Marcos, el templo de Santo Domingo de Guzmán y el templo de San Jacinto, todos de gran valor histórico y religioso.

Sin embargo, la acción del hombre y el paso del tiempo amenazan su conservación.

“El modernismo arrasó con gran parte de lo antiguo. Gobernadores van y vienen, y cada uno impone su estilo; eso ha costado la pérdida de inmuebles valiosos”, lamentó.

Por su parte, el cronista Jorge Alejandro Sánchez Flores coincidió, que a partir de 1892 a la fecha, ya no queda casi nada de la arquitectura antigua.

De acuerdo al también cronista, Tuxtla Gutiérrez, la capital que alguna vez fue Villa de San Marcos, creció entre calles de terracería y casas de adobe.

“Hay que reencontrarnos con nuestro pasado, no solo para preservar su identidad, sino para construir un futuro donde la modernidad y la historia puedan convivir”, afirmó.