La capital es hábitat de 126 especies de aves

Hay 10 mil 824 especies de aves registradas en el planeta, mil 119 en nuestro país y 687 en Chiapas, ocupando nuestro estado el tercer lugar en diversidad de aves, por debajo de Oaxaca y Veracruz. Las aves son el segundo grupo ecológico que más se estudia, ya que han formado parte de muchas culturas, símbolos y mitologías.

De acuerdo con miembros de Heliomaster, un colectivo de observadores de aves en Chiapas, específicamente en Tuxtla Gutiérrez se han registrado un total de 126 especies de aves en casi seis años de observar, identificar y registrar desde el parque Joyyo Mayu; esto representa el 11.2 % de todas las especies que hay en México.

Factores de atracción

Hay factores en la ciudad que atraen a las diversas especies de aves, como la vegetación nativa, los cuerpos de agua permanentes e interminables, áreas naturales protegidas, además de ser una zona de paso para aves migratorias.

Sobre la vegetación nativa, explicaron que contienen néctares, frutos, semillas, hojas y bichos, lo cual atrae a las aves. Con respecto a los afluentes, aunque algunos ya están contaminados, muchas especies los aprovechan para cazar o beber agua, puesto que ofrece crustáceos, algas y flora ribereña, además de peces nativos.

Las áreas naturales que rodean a Tuxtla Gutiérrez representan un gran atractivo para las aves, gracias a la biodiversidad con la que cuentan. Hay un tráfico de aves en varias zonas, entre ellas, de especies migratorias que pasan por la zona.

Mencionaron que hoy existen poco más de 800 mil habitantes, según el último censo de población. Tuxtla Gutiérrez ha crecido a una velocidad pasmosa, de forma descontrolada y sin planificación. Y desde luego, la naturaleza ha sido un elemento ignorado.

Es posible ver que en la periferia de la ciudad se siguen expandiendo los asentamientos humanos, y para ello recurren a talar árboles, arrasar con la biodiversidad, para que sobre eso se construyan los fraccionamientos.

Al día de hoy poco se ha hecho por estudiar el impacto que el crecimiento urbano ha tenido en la biodiversidad de la capital chiapaneca. Afortunadamente, se cuentan con registros científicos que permiten darse una idea de lo que se ha perdido.

Algunas especies comunes en la ciudad son el garrapatero pijuy, confundido con zanate o cuervo, el cual se alimenta de insectos, orugas y larvas. La paloma de alas blancas es robusta, apreciada por su carne y su dieta que se basa en semillas. El tecolotito aurorita es una ave rapaz pequeña, pero feroz, que tiene una fuerza descomunal ya que puede derribar aves y murciélagos.