La lactancia materna es un derecho

Recientemente el Senado de la República aprobó una reforma por la que se considera como un acto discriminatorio prohibir, limitar o restringir el derecho de las mujeres a amamantar en espacios públicos; de acuerdo a la investigadora Ivonne Álvarez Gutiérrez, esto representa un importante avance para eliminar el estigma social a un acto que corresponde a un derecho humano, pero será necesario socializarlo para que no quede sólo en papel.

La investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) indicó que esta reforma fue impulsada desde la posición de la mujer, en su calidad de lactante, como un derecho, el cual se constituye en favor de dos sujetos: de la madre a lactar y del bebé a la alimentación.

El proyecto, avalado con 92 votos y enviado al Ejecutivo federal, adiciona una fracción al artículo 9 de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, a fin de proteger el derecho a la salud de las mujeres que están en un proceso de lactancia.

Para que esto no quede sólo en papel y sea realmente aplicado, debe acompañarse de un proceso de socialización desde las instituciones públicas, además de la capacitación de las autoridades de los tres niveles de gobierno, para lograr un cambio real en la cultura de las personas con relación a observar a una mujer amamantando a su bebé.

Estigma social

Históricamente, amamantar en espacios públicos ha sido un acto estigmatizado, lo que atenta contra la dignidad de las mujeres y vulnera los derechos de los infantes a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad.

De acuerdo a la investigadora, ese estigma proviene de la idea de que se trata de un acto privado, por tanto, debe hacerlo en un lugar cerrado, en su casa, en su recámara; sin embargo, en los últimos años se vive una transición sobre cuestiones que se suponen son privadas de la mujer, para realizarlas en el espacio público como un derecho.

Sin duda se vivirá un proceso social fuerte en cuanto a desaprender a observar el cuerpo de la mujer como un objeto o producto mercantil, pero rechazarlo en funciones naturales como la lactancia, que en algunas sociedades buscan relegarlo al espacio privado o incluso a que se tenga cubrir con el bebé en un lugar público para evitar molestar a alguien más.

La investigadora, miembro del proyecto Investigadores por México de Conacyt, manifestó que existen dos políticas contradictorias: por un lado, la lactancia como objetivo de la ONU como elemento de salud pública para la prevención de enfermedades; por el otro, no contemplar espacios dignos y seguros para el desarrollo de la lactancia.

Si bien ya hubo un avance en algunas empresas, universidades e instituciones públicas que implementaron espacios dignos para la lactancia de las mujeres, incluso la dotación de tiempo para hacerlo en el espacio laboral. Ahora vienen los cambios impulsados para la apropiación del espacio público.

Por salud

La doctora reiteró que los ciudadanos deben concientizarse sobre este acto, que también representa un beneficio a la salud de las mujeres y de los bebés, ya que previene varias enfermedades en los niños, ya que la leche materna proporciona varios nutrientes, y el solo acto ayuda a la mujer a prevenir el cáncer de mama.