“La mejor decisión de mi vida: ser maestra”

“La mejor decisión de mi vida: ser maestra”Tiene 49 años de servicio en la docencia que respaldan la experiencia y dedicación de la maestra Marilú. Diego Pérez / CP

Paulo Freire decía que la función del maestro es enseñar, desde un enfoque en el que educar sea formar, ya que formar es mucho más que transferir conocimiento, instruir o adiestrar al educando en el desempeño de destrezas; la enseñanza va más allá de un sistema mecánico.

Marilú Sarmiento Chanona, con 49 años de servicio en la docencia, concibe a la enseñanza de la misma forma, porque dice: “puedes transformar las vidas de los alumnos, tocas el corazón de los niños, y por eso es la mejor decisión que pude tomar”.

Ella es originaria del lugar de las piñas y del carnaval zoque, Ocozocoautla de Espinoza, Chiapas, donde estudió sus primeros años de primaria y posteriormente se mudó a Tuxtla Gutiérrez, compartiendo con varias generaciones de niños y niñas.

¿Qué representa para usted ser maestra?

Aun cuando no decidí ser maestra, porque con la familia que yo vivía me decían que era muy cómodo, que se estudiaba poco, fue la mejor decisión de mi vida, porque ya estando en el magisterio me fui enganchando con esta profesión tan maravillosa donde puedes transformar la vida de los alumnos.

Es una tarea hermosísima, ya tengo 49 años de servicio. Trabajé 16 años como maestra de primaria, con muchas generaciones de niños, me apasionaba mucho mi trabajo y desde hace 20 soy directora de la primaria “Fray Matías de Córdova”, que ha sido otra experiencia increíble.

Es muy satisfactorio porque puedes trascender a través del tiempo, después te encuentras generaciones de alumnos y que te saludan y que te recuerdan.

¿Qué experiencia ha marcado su trayectoria?

Recuerdo que hace muchos años, en una escuela de Tuxtla, en la colonia Patria Nueva, trabajaba con un primer grado. En ese tiempo permitían a todos los niños salir a la hora del recreo para ir a desayunar y los padres de familia nos invitaban a tomar pozol a sus casas.

Era una experiencia increíble porque teníamos mucho contacto con los papás y mamás, que eran muy solidarios y agradecidos, porque nos llevaban huevitos de gallina y te sorprendían bastante.

Hoy me he encontrado alumnos de 1992, de esa generación, que recuerdan con mucho cariño aquella época. Sin duda cada año te marca porque son niños diferentes.

¿Cómo ha ido cambiando la figura del maestro?

Por supuesto que ha cambiado, yo recuerdo mis primeros años de maestra que llegaban los padres de familia y nos decían le entrego a mis hijos con todo, y si hacen alguna cosa ustedes pueden castigarlo, daban muchas libertades, pero los maestros debían ser conscientes de que hay límites.

Todo ha cambiado de alguna manera, creo que hoy día es más complicado (la tarea del maestro) en todos los sentidos, porque los niños ya son nativos digitales y hasta rebasan a los maestros en algunas cosas.

Tenemos que convivir con esas generaciones y tenemos que ponernos al día con ellos y también con los padres de familia, que son diferentes.

¿Qué hace falta para que se valore como antes al docente?

Creo que el compromiso con su oficio, en todas las profesiones hay personas que le echan más ganas que otras, igual es en el magisterio. Hay personas que están súper comprometidas, que es la mayoría, pero hay quienes no lo están.

Si los maestros están comprometidos, si tienen esa vocación, ese amor a su trabajo, por si solo los niños van a estar bien, aprenden mejor. Hoy se quiere que los niños tengan un aprendizaje de calidad y así debe ser, eso implica mayor preparación y mejor planeación para los maestros.

Creo también que la escuela debe trabajar de forma coordinada con los padres y madres, la escuela no puede sola. En esta escuela tenemos proyectos en los que participan los padres, lo que nos ha ayudado mucho a que haya un ambiente más armónico.

¿Cuál es su mensaje para las nuevas generaciones de maestros?

Que se comprometan, porque muchas veces estudiamos la normal pensando en un horario cómodo (dando clases), pero la realidad es que implica mucho más fuera del horario escolar, tenemos que planear y hacer actividades.

Yo los invito a que se comprometan, a que realmente tomen esta tarea como una tarea de vida, de que van a tocar el corazón de cada uno de los niños y los van a transformar, entender que no solo es una tarea de enseñar a leer y escribir, está la parte emocional.

¿Cómo es ser directora de una escuela?

Ser directora es una tarea también muy hermosa, porque yo tengo que velar porque los alumnos estén en un espacio seguro, físico y emocional, porque los padres de familia nos tienen la confianza de dejarnos a sus hijos. También tengo que velar que la enseñanza y el aprendizaje sean de calidad.

Esta escuela afortunadamente tiene mucha demanda, entonces los papás tienen expectativas muy altas y debemos tratar de cumplirlas y creo que el compromiso de maestros, administrativos y los mismos padres lo ha permitido.

Los maestros estamos en constante preparación, tenemos espacios de reunión como los consejos técnicos donde tratamos asuntos pedagógicos. El compromiso está y se ha demostrado, la escuela hoy día tiene mucho prestigio.