"Fredy Martín * CP. El gordito bonachón y sonriente que prodiga de juegues a los ninos de las ciudades no llegará a más de un millón de hogares habitados por ninos indígenas pobres. La Navidad es para los tojolalabales, tzotziles, tzeltales, choles, zoques, lacandones y mames, una celebración netamente religiosa.

Aunque durante el transcurso del ano, los indígenas acostumbran realizar celebraciones como la de Todos Santos o las fiestas patronales, con derroche de comida, aguardiente y grupos musicales, que pueden durar de más de tres días, es en la Navidad donde no hay regalos ni cenas. En Ichitón, poblado de San Juan Chamula, Domingo Jiménez López, un tzotzil de 41 anos de edad, revela porqué no acostumbran dar obsequios en la Navidad: ""Nosotros no celebramos ni cumpleanos ni quinceanos para nuestras hijas; no hay juguetes en Navidad ni el Día de Reyes."" Así, por decenios Santa Claus no se detendrá hoy en el millón de hogares indígenas que según instituciones gubernamentales hay actualmente en la entidad y por lo mismo los ninos no recibirán carritos eléctricos, pelotas, munecas o bicicletas. Domingo y Andrés, dos jóvenes chamulas de 13 y 15 anos de Ichitón, detienen su juego momentáneamente para contar que en la Navidad se irán a dormir a temprana hora, como hacen todas las noches, pero será el día 25 que viajen a San Cristóbal para ver si en alguna casa comercial, estación de radio o partido político regalan juguetes. Domingo, un agricultor, no se entristece cuando recuerda que de nino, nunca recibió de Santa Claus un juguete. En la misma situación están sus nietos y sus hijos que esta Navidad despertarán sin encontrar regalos en el árbol de Navidad. Mientras en las ciudades, los centros comerciales se desbordan, las comunidades indígenas se preparan para el nacimiento de Jesucristo o ""Nino Dios"", para ofrecerle incienso, cohetes y pedirle su bendición. Desde la tarde del 24, los indígenas tojabales se congregan en la iglesia de Bajucú, una comunidad tojolabal del municipio de Las Margaritas. Por la manana hombres y mujeres adornan el templo con flor de Platina y otras nativas de los bosques de encinos para esperar el nacimiento del ""Nino Jesús"". Afuera del templo, grupos de música tradicional con flautas y tambores dan colorido a la celebración, sin nada comercial.

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