"Héctor Narváez * CP. Nuestro pasado no podría quedar sin leyendas. Sobre todo la que rodea a la milenaria piedra de Huixtla, que es reconocida a nivel internacional por los mitos que se han creado.
Y a pesar de esto, los gobiernos han desatendido la demanda que se ha vuelto aneja de crear una zona turística en la parte alta de este municipio, para los paseantes, más los extranjeros.
En este primer mes al que llegamos sobre las remembranzas de nuestra historia, realizamos una pausa especial para citar sobre las leyendas que hay de esta ciudad y más aún a las que se relacionan con la majestuosa piedra, enclavada en lo más alto del cerro de Huixtla.
Así, Emigdio de Aquino y Gilberto Amores Salinas no se equivocaron al dedicar la canción ""Huixtla es un vergel"", porque particularmente de sus fragancias mil y de mujeres sin igual, estamos rodeados por rincones bellos que nos dotó la naturaleza y que no han sido aprovechados por las autoridades.
La piedra, conforme a soconusco.com -que se ha dedicado a fomentar las historias y las riquezas de los municipios de nuestra región-, es una enorme roca situada en lo alto de una montana de silueta suave, visible perfectamente a varios kilómetros de distancia.
Alcanza aproximadamente los 120 metros de altura y es única, pues por los alrededores no existen piedras de semejantes dimensiones. En torno a ella se han tejido infinidad de leyendas que intentan explicar su origen, como la siguiente, que es una de ellas:
""Era una gran campana que se convirtió en piedra. Veinte hombres la traían a cuestas desde Guatemala, pero después de un mes de viaje se sintieron cansados y al llegar a esta montana decidieron descansar dejándola sobre tres piedras. Al escuchar a un gallo cantar, un burro rebuznar, un caballo relinchar y una campana repicar, debían levantarla de nuevo para continuar el viaje.
Los hombres estaban tan cansados que no escucharon la senal y cuando quisieron levantarla no pudieron, se convirtió en piedra y quedó mirando al este. Los pueblos y fincas tuvieron entonces cosechas en gran cantidad: cacao, frutas, arroz, frijol, maíz, etcétera.
En agradecimiento se ofrecía a la piedra, después de cada cosecha, aguardiente, puros, flores, sangre de animales, entre otras cosas"".
La campana a cuestas
Otra leyenda, según la página que se ha dedicado a la historia de los pueblos de el Soconusco, que ""durante la fundación de Huixtlán (Huixtla), un sacerdote brujo mayor de Guatemala obsequia una gran campana para el templo de la nueva población. Se encomienda a otro sacerdote brujo llevarla y entregarla.
Esta campana poseía un maleficio que indicaba que durante su traslado no debía tocar tierra. Caminó entonces el sacerdote con la enorme campana a cuestas por las montanas. Después de caminar durante algún tiempo, cansado y sediento, se encontró con una anciana que le ofrecía agua para beber. El sacerdote no resistió la tentación, tomó el agua y decidió descansar para continuar su viaje a la manana siguiente.
Al despertar descubrió que la pesada campana se había transformado en piedra, cumpliéndose así el maleficio"".
Se cuenta también, conforme a los investigadores de soconusco.com, que ""la campana había sido retirada de un templo en Huixtla y se había ordenado su traslado a Tuxtla con órdenes de no posarla sobre la tierra, pues un encanto que pesaba sobre ella indicaba que nunca debía ser sacada de Huixtla.
Al llegar al sitio en donde se encuentra actualmente los hombres que la trasladaba se detuvieron a descansar y a beber un poco de pozol que les ofrecieron. Más tarde al intentar continuar con su viaje ya no pudieron levantarla pues se había convertido en una enorme y pesada roca, y así no pudieron quitarle a Huixtla su campana"".
Y como se trata de leyendas, no hay un dato preciso para dar crédito de que se trata de realidad o parte de la creación de nuestro pueblo.
Un tal Jua Non
El que podría ser más aceptado de todos es el que dejó plasmado el entonces cronista de la ciudad, el senor José María Soto Paz.
""Existe la que atribuyen a la piedra de Huixtla y a Juan No, personaje imaginario, tan popular entre la gente de nuestro pueblo. Nos dice haber existido en tiempos remotos imprecisos un huerto de varados árboles frutales a los alrededores de la piedra, cuya vigilancia estaba al cuidado de Juan No, quien se encargaba de velar por que los visitantes pudieran comer las frutas que deseasen dentro del huerto encantado, lo que así sucedió por la curiosidad de un visitante que las transportó para cerciorarse de la veracidad del encantamiento.""
Pero, senalan que hay otra, que se refiere a que las tierras de Huixtla eran encantadas antes de su fundación y seres encantados enviaron de lejanos puntos una enorme campana para su servicio que debería conducirse a espaldas de Juan No, con la condición de no descansar en ninguna parte de largo camino, por correr el riesgo de transformarse en simple piedra y terminar al mismo tiempo el encantamiento del pueblo.
Juan No, según don Soto Paz, recorrió la mayor parte del trayecto con la carga, pero al llegar al filo de la serranía no descansó hasta el pueblo en donde colocó la campana que se convirtió en la que es ahora la majestuosa piedra de Huixtla.
Pero, para soconusco.com, se cuenta también que la piedra no ha estado siempre en la misma posición: ""Hace mucho tiempo ocurrió una 'culebrina de agua'. Llovió en forma intensa y sin cesar durante ocho días y ocho noches. Durante el octavo día de la tormenta, se escuchó un trueno muy fuerte que provenía de la piedra, y al noveno día en que al fin aclaró, todos se dieron cuenta que la posición de la piedra había cambiado"" y que por eso ahora miraba hacia el mar.
En la actualidad, algunas personas que habitan en las cercanías de la piedra aseguran escuchar a un gallo cantar, un burro rebuznar, un caballo relinchar y... una campana repicar.
Estos son los mitos que vuelven a Huixtla y que por eso se ha convertido en una ciudad llena de historia y misterios que han acaparado todos los escenarios nacionales e internacionales.
En el aire han quedado las intenciones y la demanda por anos de que se construya una carretera que lleve a la milenaria piedra y así mismo se construya una zona turística. Y pareciera que la naturaleza se enfureció y con las lluvias del ano pasado con ""Stan"" dejó esta parte aislada de la civilización y de las autoridades.
"
La piedra de Huixtla
Continúa en Cuarto Poder