Lamentan ambición al lucrar con migrantes

El obispo de Tapachula, monseñor Jaime Calderón, lamentó dentro de su mensaje la ambición en torno el tema de los migrantes, ya que por ambición de muchos individuos y organizaciones se han involucrado “solo con el afán de hacer de estos hermanos una fuente de ingreso y una industria para beneficio personal”, por lo que hizo un llamado a la familia diocesana a abrir el corazón con este grupo vulnerable y brindarles ayuda.

Como lo hace cada domingo, el obispo hizo el llamado a los católicos para que la palabra de Dios esté en sus corazones y sus latidos impulsen buenas acciones. Se refirió a lo que denominó un “corredor samaritano” en esta zona de Chiapas, dirigido a los migrantes, afirmando que este será otro de los frutos de la semana de formación permanente como sacerdotes y obispos, el de reavivar el compromiso y testimonio de ayuda por los migrantes y personas más necesitadas.

Expuso que con quienes coordinan la Pastoral de la Movilidad Humana —de la Diócesis de Tapachula—, han contemplado la realidad de este fenómeno complejo que es la migración, de la que aseguró “día a día va sumando más atropellos por parte de los cada vez mayores grupos de personas e instituciones que tienen la intención de convertirlos en una industria económica para beneficios propios”.

Mencionó que como iglesia diocesana reconocen que “el fenómeno migratorio nos ha rebasado”, puesto que se carece de recursos para solucionar la necesidad de alimento, techo y salud. También señaló que durante muchos años se ha enfrentado esta realidad, e indicó que la respuesta de la institución religiosa, con muchos sacrificios, ha sido eficaz, pero en la actualidad el flujo de migrantes ha aumentado “muchísimo”.

Señaló que los obispos de la Iglesia presbiteriana en México, dentro de la Jornada Mensual de Oración por la Paz que en todo el país se realiza para que se erradique la impunidad y la corrupción del sistema judicial, se han pronunciado por el camino de la consolidación, “ya que como país han existido muchas mujeres y hombres que han ofrendado su vida para construir una patria justa y generosa para todos”.

Jaime Calderón dijo que los obispos reconocen que en este sistema se han introducido plagas que impiden realmente avanzar como una sociedad floreciente y que constituyen una verdadera trampa: la corrupción, la impunidad y la falta de respeto por el cumplimiento de la ley.