Las ciudades perdidas mayas
A través de la descripción de las crónicas y sistemas tecnológicos buscan encontrar estas ciudades. Cortesía

Tzendales, Nok Já y Sac Balam son ciudades internadas en la selva Lacandona, todas cuentan con registros arqueológicos y fuentes históricas que detallan y describen su importancia, sin embargo, hasta la actualidad “son un misterio y hasta el momento no hemos dado con ellas”, detalló el miembro de la Dirección de Estudios Arqueológicos, Josuhé Lozada.

Sobre Tzendales, una ciudad internada en las profundidades de la selva Lacandona y que sólo el arqueólogo Alfred Tozzer documentó en 1905, el especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicó:

“Se dice que cuentan las descripciones con varios montículos monumentales, bastante grandes e importantes, con estelas e inscripciones geográficas con la representación de sus gobernantes y se cree que también fue visitada por lacandones, pues Tozzer relata que al pie de esta estela hay varios incensarios de este grupo, pero hasta la actualidad es un misterio”.

Otra ciudad perdida en la selva de Chiapas es Nok Já, o conocida como “El prospero” en el siglo XVII; de esta se tienen dos fuentes etnohistóricas realizadas por Fray Diego López de Cogolludo, quien hizo un recorrido describiendo el paisaje.

“Él explica que llegan a este pueblo, que se encuentra a lado de una laguna, pensamos que puede entrar a lado de la laguna Mensabak o la laguna Guineo”, dijo el arqueólogo y que de acuerdo a la documentación, se cree que se trata hablantes de maya yucateco.

Sobre Sac Balam, traducido como Jaguar Blanco y conocida como el “Pueblo de los dolores”, explicó que está ligada a una etnia hablantes de maya, choltic, siendo una población desplazada por los enfrentamientos que tuvo con los conquistadores españoles y que vivió 109 años libres de su yugo.

Descrita en 1698 por Fray Diego de Rivas, quien en sus crónicas da cuenta de esta población internada en las densas selvas chiapanecas.

Fue gracias a esas crónicas que Josuhé Lozada teorizó y presentó un supuesto sobre la ubicación de este pueblo a través de sistemas de información georreferencial que permiten con mayor precisión encontrar el sitio y que permitirá minimizar recursos para localizar estos asentamientos en exploraciones futuras.