Berriozábal se ha convertido en un pueblo multicolor, lleno de tradición y naturaleza. Por años este municipio ha celebrado la tradicional “Lavada de manteles”, un festejo que se da en el mes de enero durante la Feria de San Sebastián, santo patrono del pueblo. Este año el festejo concluyó a la par de la temporada del carnaval, pues se dio el cambio de fiscal de la feria.
La “Lavada de manteles” es un recorrido donde mujeres caminan por las calles del pueblo cargando bateas de madera y vestidas con ropa tradicional de descendencia zoque, pues la misma tradición se deriva de esa cultura.
El recorrido tiene como punto de reunión “la represa” —lugar donde nace el agua que abastece a todo el pueblo—, ahí lavan los manteles del altar en honor a san Sebastián y las mujeres ofrecen este ritual para pedir al santo que no falte el agua en todo el año.
Doña Candelaria Marroquín ha participado en esta tradición durante 45 años. Hoy, a sus 80 años, confiesa que se siente muy contenta de seguir con esto, orgullosa de preservar el legado que le dejó su mamá y con la esperanza de que las nuevas generaciones continúen con esto.
Para finalizar, el pueblo lleva de nuevo los manteles limpios a la casa del fiscal, acompañado de música de viento y parachicos. Al llegar al lugar donde se resguardarán los manteles, las “lavanderas” ofrecen una oración para pedir por el agua, la tradición y salud, para que el próximo año puedan volver a disfrutar de la fiesta del pueblo.