Lenin Jovani, el “Gigante” de Suchiapa

Suchiapa, uno de los municipios más ancestrales de Chiapas y que se ubica en la zona Metropolitana, también es un pueblo lleno de tradiciones y celebraciones religiosas que, con el paso de los años, han cruzado las fronteras. Un ejemplo de ello es el Corpus Christi.

Esta fiesta, vinculada a un tema religioso, se mantiene muy arraigada dentro de los habitantes y son varios los personajes que destacan, entre ellos el Calalá (venados), los tigres o las reinitas. Hay otro que es en su conjunto muy vistoso y juega un papel importante en el ritual.

Se trata del Gigante, que simboliza una serpiente emplumada. Lenin Jovani Nucamendi García lo personifica para la celebración de este 2024. Antes tuvieron que pasar casi seis años de espera y solicitudes.

“Es una devoción como suchiapaneco danzarle al Santísimo. En lo personal, yo tengo una promesa, y estoy agradecido por la vida, por la salud, porque tiene con bien a mi familia, a todos mis seres queridos y porque no me hace falta trabajo”, agradeció después de colocarse la indumentaria.

Al interior de su vivienda, a un costado de su penacho adornado con cientos de plumas, relata que para él es un compromiso mayor danzar para el Santísimo; es una herencia que viene de generaciones pasadas y la ha hecho propia. 

“La verdad como suchiapaneco, y muchos me van a entender, es una alegría muy bonita, una devoción que es inexplicable danzarle al Santísimo; muchos quisieran. Son sentimientos encontrados”, relató.

Preparación, la clave

Este domingo fue el último ensayo general en honor al Padre Eterno. En medio de las calles de Suchiapa, Lenin Jovani danzó frente a la población que se acercó para reconocer el esfuerzo que se hace en la parte espiritual, física y hasta económica.

La familia, una vez terminado el ritual, procedió a la entrega de tamales y horchata. El interés de Nucamendi García parte de la fe, del agradecimiento al Santísimo y del reconocimiento a las personas que lo apoyaron en su preparación en los últimos meses. Este martes el baile se extendió a Nandayalú, otra zona al interior de Suchiapa para la topada del Santísimo.

Para Lenin Jovani danzar con el Gigante representa una devoción que, dice, la siente en la sangre. Su personaje se compone del sombrero, la batalla y un machete. Se le suman el penacho (compuesto de plumas de gallo que se recolectan todo el año), las chispas, espejos, la cabeza de la serpiente y las campanas.

Después de que salió seleccionado, comenzó a darse una idea de lo que iba a necesitar; uno de los retos mayores fue buscar las plumas al interior y fuera de Suchiapa. “Hay que prepararte económicamente, la verdad se gasta pero con devoción y con fe las cosas salen bien. Tienes que ensayar, tienes que estar bien físicamente, es cansado estar bailando en la calle”, relató.

La celebración

Rogelio Vicente Símuta, prioste del Santísimo Sacramento del Altar en Suchiapa, explicó que tiene cientos de años la tradición con los venados, los tigres, el gigante, el gigantillo; todos hacían las reverencias.

Explicó que antes de culminar la fiesta, se hacen públicos los nombres de las personas que danzarán para el siguiente año, y a partir de ahí se tienen que buscar las plumas, los amarradores y se va cumpliendo con todo el ritual para armar la serpiente emplumada.

Vicente Símuta relata que hay tres etapas en estas celebraciones. La veneración del Santísimo es una y se aprovecha para pedir permiso para la siembra. Después viene, en agosto, agradecer por las lluvias o, en su caso, se solicita el agua.

El compromiso, relató el prioste, culmina después de la novena de agosto. Después que se lleva a cabo la danza, las personas se quedan con su reliquia. Para el 29 de noviembre la parte religiosa contempla la cosecha.

Las tradiciones en Suchiapa, relató, están bien arraigadas y muchas personas esperan el momento para danzar, salvar sus promesas y demostrar su fe hacia el Santísimo. El Corpus Christi y todo lo que está a su alrededor es una tradición que ha dado identidad a Chiapas.