Libros Tuxtla, vender por pasión

Fabian Rivera, lector y escritor apasionado, es dueño de Libros Tuxtla, un espacio independiente, sensible y en especial dedicado a compartir la pasión por el acto de la lectura, sobre todo en una ciudad donde es más común ver una cantina que una librería.

Con sus ahorros arrancó el proyecto hace cinco años. La misión es comerciar libros de segunda mano, completamente autogestivo y sostenido por la comunidad de lectores que ha hecho.

En Chiapas es más fácil tener un lugar de bebidas embriagantes para generar ganancias, pero para Rivera el dinero no es la meta en su vida.

El negocio

“No es un negocio brillante como tal. Pero es uno que te permite cierta estabilidad digna de forma económica, pero más allá del dinero, considero estoy contribuyendo a la ciudad. Tener nuevos lectores o acercar al libro a nuevas personas es mi misión”, comentó mientras una cafetera sonaba.

El lector reflexionó sobre la posibilidad de que la ciudadanía acceda a un libro, esto en vista de que se ha encontrado a personas quienes aún no han tenido este contacto. Busca generar una comunidad y que sea esa misma quien les acuerpe en momentos de emergencia económica: “saber qué quieren, qué están pidiendo y las novedades que hay”.

Al mismo tiempo, el espacio se ha convertido en un primer punto para las personas escritoras locales; quienes con un esfuerzo titánico logran sacar el ejemplar en físico; por lo que impulsa la propuesta chiapaneca contemporánea.

Lectores nómadas

Uno de los proyectos de la librería se denomina “Lectores nómadas”, es decir, liberan libros en ciertos espacios de Tuxtla y quien pueda tomarlo es suyo. Lo anterior, con el fin de generar una dinámica con la comunidad, quienes sorprendidos por el descubrimiento podrían buscar más ejemplares.

“Hoy hay 20 lectores que ya nos siguen directamente a nosotros, entre ellos van compartiendo los libros que van agarrando. Aquí la cosa es que el libro llegue a la persona adecuada, de que hay, yo creo que, si nos vamos a la estadística, es una ciudad de casi un millón de habitantes y seguro hay más de cien personas lectoras”, puntualizó.

Libros de segunda mano

El espacio se encuentra en un lugar cercano a uno de los puntos más concurridos de Tuxtla: el Parque de la Marimba. Del Oxxo de la avenida Central a una cuadra hacia arriba y dos locales a la derecha, frente a un lavado de autos, podrás encontrar el lugar; hoy recién renovado.

El espacio es chico, pero cuenta con más de diez aparadores y una mesa central repleta de libros, con un costo que va desde los 10 hasta los 200 pesos. También, lotean, es decir, agarran una cierta cantidad de libros los colocan en cajas y los venden en una cantidad.

La literatura local y la historia de Chiapas son dos de los temas especiales de la librería, se pueden encontrar ejemplares clásicos y difíciles de conseguir en los que se ahonda sobre diferentes periodos históricos de la entidad.

Incentivos

Fabián Rivera fue director general de la Red de Bibliotecas Públicas del Estado, por lo que se ha ubicado en las dos posiciones para el fomento de la lectura. Por lo anterior, consideró necesario incentivar y darle la vuelta a un país conocido por su poco acercamiento a los libros.

“Tiene que existir una colaboración estrecha entre los gobiernos municipales y el estatal, porque toda acción requiere recurso y lo ideal es inyectarle desde las dos partes”, agregó.

Proyectos como Libros Tuxtla se verían favorecidos por dicha iniciativa, lo que generaría más espacios para la venta, esparcimiento de la lectura y un cambio en las preferencias de las personas.

Rivera admitió la priorización de la seguridad como el tema principal del presente gobierno, no obstante, existen otros espacios, los cuales podrían coadyuvar a la generación de paz.

El dueño consideró está abierto a trabajar de forma conjunta con las instituciones gubernamentales para fortalecer los espacios independientes.

Vender más allá del dinero

Para Rivera, la librería significa un espacio de autorealización, de pensar que en Tuxtla existe un joven, una ama de casa, una estudiante o un anciano habido de encontrar la edición que le cambie la vida.

“Yo podría hacer el negocio para mí y para mis amigos, tengo amigos escritores a quienes les guardo mucho afecto, pero realmente si hablamos ya de una sustentabilidad, de una iniciativa, necesitamos abrirlo a las personas. Tenemos que llevarnos con todos y todas, sobre todo porque el libro es un tema muy sensible; es decir, a lo mejor no todo mundo lee, pero muchas personas tienen bibliotecas en su casa”, explicó.

En los cincos años, una de las cosas que más le ha sorprendido es la sorpresa de diversas personas por encontrarse una librería: “Para ellos es sorprenderte ver un espacio dedicado a los libros y más que sea un negocio. Porque para mí no es un negocio, mejor me hubiera dedicado a vender gorditas. He hecho buenas amistades”.

“Dios aprieta, pero no ahorca”, dice Fabián; y eso lo ve en momentos de crisis, porque de forma mágica cuando no “sale”, llegan personas a hacer el gasto.

El cambio

Rivera finalizó la entrevista con una reflexión respecto a los tiempos violentos que ha vivido Chiapas y el país, en los cuales parece que el fenómeno de la violencia no cesará. Ante ello, instó a las autoridades a invertir en la educación, porque es ahí donde se salvará al mundo.

“Es una responsabilidad que queremos compartir, una misión que queremos compartir. Yo también trabajé en Gobierno, entonces entiendo que la dinámica es complicada, pero ojalá se tome en cuenta las iniciativas. Sabemos que se ve la parte de los números, pero la educación nunca será un gasto, sino una inversión”, finalizó.