Lizbeth Greter, los diagnósticos que salvan vidas

Desde niña el mundo de la medicina le apasionó, pero nunca hubo un motivo especial. Así que 14 años después de egresar de la Licenciatura en Médico Cirujano, Lizbeth Greter Arroyo Rendón es una de las mujeres clave en el hospital “Dr. Rafael Pascacio Gamboa”, en Tuxtla Gutiérrez, no sólo para diagnosticar a las pacientes que llegan con algún indicio de cáncer (de ovario, mama, útero o vulva), sino también en apoyo a las mujeres con sus tratamientos para que mejoren su calidad de vida.

Cuando decidió adentrarse en el mundo de la oncología estaba en la etapa de su residencia en la Especialidad Médica de Ginecología y Obstetricia en el centro médico “La Raza”; “mi sentir era que si alguien te necesitaba, eran este tipo de pacientes -los que tienen cáncer-, a parte de que las cosas quirúrgicas a mí me encantan”.

Los primeros casos atendidos

Una de las historias que recuerda, explicó, se remonta a una mujer de 24 años de edad que fue diagnosticada con un tumor mamario. Fue operada y tiene una sobrevida de siete años; tratándose de una de sus primeras pacientes en el estado de Chiapas.

La egresada de la Escuela Primaria “Miguel Hidalgo” consideró que todos los estudios que se hacen han mejorado con el paso de los años, y eso ha permitido detectar las lesiones en aquellas personas que llegan con problemas oncológicos.

Lejos de lo que generalmente se piensa cuando alguien enferma de cáncer, dijo, las historias de éxito son muchas, y esto se asocia con las actividades preventivas que están realizando las propias pacientes.

Prepararse para salvar vidas

Dentro de su trayectoria está la subespecialidad en Ginecología Oncológica y señala que la capacitación es indispensable, por eso ha participado en congresos nacionales e internacionales; en esos eventos se dan a conocer los avances tecnológicos y de la medicina moderna para atender de mejor manera a quienes padecen algún tipo de cáncer.

Arroyo Rendón tiene reconocimientos de primer lugar durante el año de su residencia de Ginecología y Obstetricia en un hospital de Tlatelolco, además de otros logros muy destacados durante la formación de su especialidad.

Para ella, otro canal que ha sido importante en la identificación de alguna inquietud clínica entre las pacientes, se vincula con los mensajes que se dan a través de los medios de comunicación, pues esto ha motivado a las personas a realizarse estudios rutinarios para confirmar o descartar algún padecimiento.

La mujer en la medicina

Arroyo Rendón señala que la oncología, hace tiempo, se asociaba como una especialidad en la que participaban más varones, no obstante, en los últimos años las mujeres han ganado terreno en esta rama a través de los cursos de subespecialidad que han tomando. Ahora se ocupan de cargos fundamentales dentro de los hospitales de segundo o tercer nivel.

Conocedora de estos temas, explicó que cuando las pacientes son referidas con ella, llegan con estudios básicos de gabinete (placas o ultrasonido). En el “Pascacio Gamboa” se realizan exploraciones físicas que son complementadas con análisis más avanzados (tomografías o resonancias magnéticas), así que de ese tamaño es el compromiso que tiene la especialista para tratar, en la medida de las posibilidades -dependiendo de los recursos humanos y materiales, de salvar la vida de las pacientes.

Una vez que se agotan todos los protocolos de revisión se determina si la persona puede ser tratada en ese sitio o tendría que enviarse a otro hospital de tercer nivel. Como ejemplo, alguien que padezca cáncer cervicouterino avanzado tendría que ir a otro lugar a recibir sus tratamientos.

La alegría de apoyar

Ayudar a las personas en un estado vulnerable en materia de salud, deja para Arroyo Rendón una gran satisfacción, toda vez que las mismas pacientes han dimensionado la importancia de cuidar que todo marche bien en sus organismos, y de esa manera tendrán una mejor calidad de vida.

La alegría, externó, se complementa cuando una persona es operada, va a otro lugar por su tratamiento complementario y regresa para agradecer la cirugía. Compartió que lo mismo ocurre cuando otros colegas mandan felicitaciones por el trabajo realizado, lo que refleja las atenciones que se están dando en uno de los hospitales más emblemáticos de Chiapas.

La familia de la especialista en Oncología le ha brindado todo su apoyo, a sabiendas de los años que lleva formarse en esta profesión y del tiempo adicional que hay que tener para no dejar de aprender y, lo más importante, para no cansarse de ayudar a otros a través de su conocimiento.