En Chiapas, más de 700 mil personas cargan literalmente sobre sus espaldas la crisis hídrica con caminatas extenuantes, viajes en vehículo o el pago de costosos fletes son su única opción para acceder al agua, que recae principalmente en mujeres, niñas y niños.
Frente a esta realidad, han surgido los comités y patronatos de agua como una respuesta organizada desde las propias comunidades.
En este contexto, la asociación civil Cántaro Azul, a través de su programa NuestrAgua Gestión Comunitaria, ha trabajado codo a codo con estos gestores locales, logrando en 2024 mejorar el acceso y la calidad del agua para más de cuatro mil 300 personas, fortaleciendo capacidades y tejiendo redes de colaboración que ya trascienden lo local para incidir en políticas públicas.
Durante el año pasado la labor se centró en 17 comunidades de municipios como Berriozábal, Las Rosas y Chalchihuitán, permitió la rehabilitación de sistemas que hoy benefician a cuatro mil 327 personas.
El trabajo incluyó el fortalecimiento de 225 gestores comunitarios mediante 39 talleres y la implementación de monitoreos para garantizar la calidad del agua que consumen.
La estrategia ha fomentado la asociatividad entre patronatos, logrando consolidar cuatro procesos de colaboración.
Un caso de éxito es la Asociación de Patronatos de Agua del Municipio de Chenalhó (APAMCH), que consiguió inversión municipal para mejorar sistemas de agua en seis comunidades y financiamiento federal para 56 fogones ahorradores. Su presidente, Eusebio Pérez Aguilar, incluso llevó la voz de la gestión comunitaria al Foro Mundial del Agua en Bali.
La inseguridad en la región obligó a adaptaciones creativas, sustituyendo los intercambios presenciales por videos traducidos a las lenguas tseltal y tsotsil, asegurando que el conocimiento siguiera fluyendo.