Las condiciones inadecuadas en el manejo de loros, cotorras y pericos provoca que la mortalidad de estas especies sea alta.
Según estimaciones de biólogos y ambientalistas, siete de cada 10 aves capturadas de manera ilegal mueren antes de llegar a su destino, porque son separados del nido y expuestos a condiciones que impiden su supervivencia.
En entrevista, el biólogo José Alfredo González, integrante del grupo ambiental de Mazatán, dio a conocer que de acuerdo a datos de las autoridades, se estima que actualmente la captura ilícita de psitácidos se sitúa entre 34 mil y 41 mil 500 ejemplares por año.
Leyes
Dijo que el artículo 60, Bis2 de la Ley General de Vida Silvestre prohíbe el aprovechamiento extractivo de ejemplares de guacamayas, loros y pericos, cuya distribución natural sea en México, sin embargo, su captura no se detiene.
Señaló que con esta prohibición se ha logrado la disminución del comercio ilegal, pero la problemática sigue siendo grave, lo que pone en peligro de extinción a estas especies.
“De acuerdo a los datos de las autoridades, solo 3 de 10 loros, cotorras o pericos capturados para el tráfico ilegal llegan a sobrevivir, cuya situación agrava por la permanencia de estas especies”, sostuvo.
Indicó que de marzo a mayo, son los meses donde prolifera la captura y venta ilegal de estas especies, ya que es el periodo de eclosión de los huevos de loros, chuchas y cotorras, por lo que es muy común su venta hasta en redes sociales.
Puntualizó que muchas personas capturan a estas especies para llevar el sustento a sus hogares, sin embargo, no miden el daño que ocasionan a la fauna, por lo que es necesario mayor vigilancia por parte de las autoridades ambientales.