"Petróleos Mexicanos, que extrae una inmensa riqueza del subsuelo mexicano, tramita un amparo para evadir el cumplimiento de una disposición de la Secretaría del Medio Ambiente que lo obliga al tratamiento adecuado de los residuos llamados ""lodo base aceite"", utilizados en la perforación de pozos, y que son altamente contaminantes.
En una evidente desconexión con esta arrogante actitud de la poderosa empresa paraestatal, hace seis meses Pemex puso en marcha el programa emergente para el fortalecimiento de la seguridad, la salud y la protección del medio ambiente, con una partida de 9 mil millones de pesos para dar mantenimiento en los próximos tres anos a los 62 mil kilómetros de ductos que hay en el país y donde se origina una buena cantidad de los accidentes que causan muerte, destrucción y perjuicios graves a la naturaleza.
Es decir, si hay acciones de protección del entorno natural, por parte de Pemex, no tendría que existir ninguna solicitud de amparo de la misma empresa para no cumplirla, salvo que se pretenda, en un insoportable gesto de soberbia, hacer las cosas por su potestad, no por mandato de la autoridad, lo que sería muy infantil, para decir lo menos. La solicitud de amparo, en síntesis, significa simple y llanamente una petición de licencia para liquidar impunemente las zonas donde opera la paraestatal petrolera, y que de por sí quedan bastante degradadas por los trabajos de perforación y extracción, como para agravar su condición con la inapropiada dispersión de desechos perjudiciales para la salud y para la naturaleza.
La contaminación, las muertes y los destrozos que Pemex causa en los estados del sureste donde principalmente opera, constituyen una larga historia de quejas y reclamaciones atendidas sólo parcialmente. En Veracruz y Tabasco, sobre todo, las demandas de indemnización y las exigencias de que la empresa petrolera ajuste su funcionamiento con mayor rigor, a tono con las medidas de seguridad, protección y salud avaladas internacionalmente, sólo tiene éxito parcial.
Durante más de 67 anos, Pemex ha actuado sin cortapisas en las regiones favorecidas con la existencia de yacimientos de hidrocarburos, sin los cuales la vida moderna no sería tal. Abre los montes, penetra a fondo el suelo y deja inservibles plantíos y contamina las aguas. Su operación requiere el empleo de sustancias peligrosas y el mismo producto extraído y sus similares pueden resultar muy daninos si no se manejan con el debido cuidado.
Hasta hace muy poco tiempo, la sociedad y el mismo gobierno tomaron conciencia de la necesidad vital de preservar el medio ambiente y se dispusieron medidas, normas y condiciones para prácticamente toda la actividad del hombre y la forma en que impacta a la naturaleza.
Debido a ello, la Semarnat notificó a Pemex que debía acatar la nueva ley general para la prevención y gestión integral de los residuos, entre los que se incluyen los ya mencionados ""lodos de perforación base aceite, provenientes de la extracción de combustibles fósiles"", así como la tierra y los desechos sólidos que se mezclan con los lodos. Pemex, al calcular que eso le costaría mil millones de pesos, respondió con esa solicitud de amparo que le fue negada en primera instancia por un juez. Hoy, el caso está en manos de la Suprema Corte de Justicia.
Aprobar un amparo de esta naturaleza, terminaría por anular una ley concebida para encauzar el desarrollo sustentable, es decir, el que no extinga el entorno natural. (EL Universal)
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Los danos de Pemex
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