La Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM) reúne a los mejores talentos en esta disciplina de nuestro país, para mostrar sus habilidades en la resolución de problemas complejos. En esta competencia los estudiantes chiapanecos han destacado al ganar cinco medallas de bronce.
Sergio Guzmán Sánchez, delegado estatal de la OMM, explicó que en las convocatorias locales, en la mejor época, recibieron hasta tres mil alumnos. En la primera etapa quedan 600, son 250 los que van a la estatal; posteriormente, con base en un análisis y pruebas que valoran los especialistas, escogen a 30 personas. De ahí 10 van a una competencia regional, y sólo seis pasan a los concursos nacionales.
Guadalupe Vázquez Portilla, Lenin Quetzal Vázquez Merino, Alan Alejandro López Grajales, Ángel Manuel González López, Franco Giosef Álvarez González y Diana Andrea González Díaz, son los jóvenes genios de las matemáticas en la entidad, toda vez que ganaron las pruebas o fases estatales antes de ir a una competencia de orden nacional. Ellos pusieron en alto el nombre de Chiapas en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas, misma que se llevó a cabo el pasado 9 y 10 de noviembre.
Lo que han hecho estos estudiantes no es cosa menor, compitieron contra sus pares -con las mismas capacidades- de las 32 entidades del país, es decir, se enfrentaron en la OMM un promedio de 192 alumnos. “Sacar una medalla de bronce en esta olimpiada no es fácil, son exámenes muy difíciles”, dijo el también profesor de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach).
Entrenar el cerebro
Los jóvenes reciben, de parte de los mentores, una preparación con temas que no alcanzan a ver en las escuelas o en las clases habituales de matemáticas; a través de exámenes selectivos se escogen a los que van a una olimpiada regional, en esta parte del proceso se compite contra alumnos de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Tabasco, Oaxaca y Chiapas.
En esta fase los alumnos locales se enfrentan a otros 60 de las entidades antes señalas. El jurado se integra por profesores de esos estados, tratándose del último filtro para seleccionar a los mejores seis, quienes serán las representaciones nacionales.
Cada alumno
Lenin Quetzal Vázquez Merino, estudiante del Colegio de Bachilleres de Chiapas (Cobach 13) -que se ubica en Tuxtla Gutiérrez-, dijo que su amor a las matemáticas lo descubrió en la secundaria; las ecuaciones y el acompañamiento de sus maestros lo motivaron a participar en los concursos. “La primera vez me sentí muy nervioso, había muchas personas y de diferentes escuelas, habían unas que eran muy reconocidas”, compartió.
Para él, que los jóvenes se inscriban a las convocatorias demuestra el interés que se tiene por sobresalir en este rubro. Tiene pensando estudiar una carrera profesional relacionada con la física-matemática o alguna ingeniería. Lenin, al principio, pensó que le había ido mal en el examen de competencia, “pero yo creo que sí la logré armar”.
Y qué se evalúa
En las primeras etapas, más allá del conocimiento, se toma en cuenta la habilidad que tienen los jóvenes para resolver los conflictos que se presentan en áreas de la lógica o la aritmética. No obstante, conforme avanzan los entrenamientos, adquieren conocimientos en geometría, teoría de números y otras técnicas.
Esto se hace para que en las olimpiadas muestren facilidad de argumentación en los ejercicios, debido a que en los concursos no sólo se valora la respuesta, pues se aprecia también todo el procedimiento previo a la emisión de una solución.
Antes de los concursos nacionales, los genios de las matemáticas se preparan como por cuatro o más horas al día. Cuando las condiciones sanitarias lo permitían, se concentraban en la capital de Chiapas para llevar a cabo sus actividades.
Desde Jiquipilas
Guadalupe Vázquez Portilla es una alumna de la Escuela Preparatoria “Emiliano Zapata Salazar” (en el ejido Tierra y Libertad). Ella comenzó a participar en estos concursos desde el primer grado de secundaria; en los exámenes, dice, se sienten los nervios sólo de saber que se compite contra los mejores de México, sin embargo, el entrenamiento que han recibido por parte de los profesores fue clave para que se colgara la medalla de bronce en la OMM Virtual 2021.
La felicidad de sus padres, relató para Cuarto Poder, se reflejó desde el momento en que fue seleccionada para competir a nivel nacional, y la alegría se elevó cuando resultó ganadora de una presea. Desde el nivel de primaria mostró un interés por los números, ya que siempre buscaba resolver problemas más complejos.
Al ver las evaluaciones en los concursos, “comienzas a pensar: cuál es el que resuelvo primero, ahí es donde entra la parte de ‘soy buena en esto, voy primero con eso’”. Al resolver los primeros retos en las competencias, remarcó, se libera una carga importante de responsabilidad, y los siguientes ejercicios se toman con más calma.
“El primer día fueron cuatro horas y media para resolver tres problemas, lo mismo para el segundo día. Son complejos, cada uno tiene un valor de siete puntos, puedes realizar puntos parciales, puede que no llegues a la solución completa pero te acercaste”, eso da puntajes para pelear una medalla.
Y después de la medalla
De las seis personas que compitieron en la OMM, en su edición virtual 2021, cuatro de ellas pueden volver a participar, pero antes tienen que pasar, prácticamente, todo el proceso. A partir de la etapa estatal presentan las nuevas evaluaciones y tienen que prepararse para lo que viene en el 2022.
Franco Giosef Álvarez González, de la Universidad Descartes, en su nivel de preparatoria, fue otro de los ganadores de una medalla de bronce. Para él las matemáticas -contrario a lo que se piensa- son muy dinámicas. Desde el quinto de primaria entendió que un mismo ejercicio puede tener diferentes soluciones.
Recuerda que el maestro Sócrates Vázquez formó un club para competir en esta disciplina, y fue ahí -desde sexto grado de primaria- que comenzó a participar en concursos matemáticos. En la OMM participó por segunda vez, el resultado le generó una nueva motivación para seguir en esta área.
“Las matemáticas no son aburridas. Normalmente, la razón por la que algunos dicen que son aburridas no es por culpa de las matemáticas, sino del que las enseña”, puntualizó.
Entrenar hasta ocho horas en un día, dijo, no es pesado si se toma como base que también existe convivencia con sus compañeros y que los ejercicios son tan dinámicos que, en un reto, se busca la solución con más lógica.
Su familia le demostrado apoyo total desde que comenzó su pasión en esa materia.
Un escalón arriba
Alan Alejandro López Grajales, de la secundaria “Pablo Guardado Chávez” -ubicada en la capital de Chiapas-, quedó preseleccionado para la Olimpiada Centroamericana, es decir, tiene que seguir procesos de entrenamientos y exámenes con un Comité Nacional que elija a los jóvenes que irán a la competencia internacional.
En una situación similar a sus compañeros, desde el nivel de primaria mostró su gusto por las matemáticas; antes había participado en olimpiadas, pero a nivel escolar. En diferentes evaluaciones ha tenido el reto de resolver 15 problemas en una hora y media.
Una de las fortalezas que ha tenido Alan viene de su padre que lo impulsó hacia esta rama: “Lo más bonito es la satisfacción que tienes al resolver un problema”. Ganar una medalla en la edición 2021 de la OMM, mencionó, es el resultado de los constantes entrenamientos. Él lo hace hasta cuatro horas al día.
Alan entrena ahora para la Olimpiada Centroamericana, quiere estar en la lista de los mejores estudiantes de secundaria en todo México para ir a un torneo internacional. Sólo estarán disponibles cuatros espacios para los jóvenes, y él quiere un lugar.
Uno de los aspectos importantes es que mover a los genios de las matemáticas implica una erogación de recursos, por eso es fundamental que las instituciones públicas apoyen a los talentos chiapanecos con transportes, hospedaje y también alimentación.
Fuera del recurso que aporta el Comité Nacional, no hay dinero para que los alumnos puedan reunirse con más frecuencia para sus entrenamientos y traigan más medallas a la entidad.