Los Niños Héroes, el mito

La historia de México se ha escrito con sangre y sacrificio. El país no ha estado exento de intervenciones extranjeras. Pero afortunadamente tampoco han faltado aquellos hombres valientes que han defendido el territorio nacional con su vida.

Reflexionando sobre lo anterior, hay que recalcar que uno de los capítulos más representativos de la historia patriótica es el de la defensa de la soberanía nacional que realizaron seis cadetes en la batalla de Chapultepec.

Aquellos a quienes se denomina “Niños Héroes”, fue un grupo de cadetes mexicanos que murieron en la batalla de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847, durante la intervención estadounidense en México.

El mito de los cadetes

De acuerdo con la historia oficial, fue durante el porfiriato (en 1947) cuando se? deformaron estos hechos en distintas etapas, con fines meramente nacionalistas.

Se construyó así un mito histórico. En la segunda mitad del siglo XIX se colocó bajo esta denominación a seis cadetes del Ejército Mexicano: Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Juan de la Barrera, Juan Escutia y Vicente Suárez.

El argumento principal del acto descansa en que estos seis cadetes y otros 40 más habían recibido la orden directa de Nicolás Bravo de abandonar el Castillo de Chapultepec, por entonces sede del Colegio Militar, y sus alrededores.

Sin embargo, éstos decidieron quedarse a defender la plaza ante el avance implacable del ejército norteamericano.

Diferentes pasajes de ese relato se han colocado en el imaginario social, incluso declarándolos como hechos auténticos sin tener sustento histórico alguno, entre los que se cuenta la participación de los seis cadetes en el hecho de armas (combate en batalla), de lo cual sólo se tiene plena certeza en el caso de Melgar, Montes de Oca y Suárez.

Dentro del mismo relato heroico, y con el paso de los años, fueron incluyéndose detalles ficticios, tales como que estos cadetes fueron los últimos en morir en la batalla o que ante la carencia de municiones mataron a bayoneta calada a soldados estadounidenses, y quizá el más popular en México, que Agustín Melgar, luego Montes de Oca, y finalmente Juan Escutia, al ver perdido todo, se lanzó al vacío envuelto en la bandera mexicana.

Investigaciones hechas en 1947? por parte del Ejército Mexicano, las cuales carecen de completo respaldo documental público y de la aplicación del protocolo científico, identificaron unos seis cráneos en los llamados “Ahuehuetes de Miramón”, mismos que declararon pertenecientes a los cadetes del mito popular y que fueron colocados por medio de ceremonias oficiales en el Altar a la Patria, un monumento en las faldas del castillo, junto a los restos del coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.

Aunque la realidad indica que no existe certeza científica alguna de que estos restos pertenezcan, en efecto, a los Niños Héroes, a muchos mexicanos nos gusta seguir escuchando estas historias patrióticas.