Itzel Castro Mendoza, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (Inifap), dio a conocer que la reforestación en Tuxtla Gutiérrez debe ser un tema prioritario, pues está directamente relacionado con el ahorro de energía y, por ende, con la economía.

Indicó que actualmente realizan un estudio denominado “Efecto del arbolado urbano en el ahorro de consumo eléctrico”.

Detalló que la ciudad de Tuxtla Gutiérrez es víctima de los efectos del cambio climático e islas de calor urbana que provocan temperaturas extremas durante el día y la noche en la ciudad.

A partir de 1980 las temperaturas del aire (atmosférico) por arriba de 40 °C han aumentado en un 18 %, y las nocturnas por arriba de los 28 °C en un 14 %.

Una de las causas es la creciente lotificación en la periferia, donde se eliminan todos los árboles y vegetación, generando dos cinturones de calor: uno en el centro de la ciudad y otro en esta zona, en vías de urbanización que pueden llegar a alcanzar hasta los 52 °C —en su temperatura de superficie.

“Si bien el arbolado y el río Sabinal ayudan a refrescar la ciudad, no se puede considerar que cualquier parque cumple con la función de regulador de temperatura, ya que se requiere una buena densidad de árboles y una extensión de por lo menos tres hectáreas para que las imágenes satelitales registren el efecto refrescante del arbolado”, indicó.

Mencionó que en este estudio de árboles individuales se levantó un registro detallado de ciertos árboles ubicados en la colonia Monterreal, así como su influencia en las temperaturas, tanto en la banqueta como en la pared exterior e interior de las viviendas a las que ofrecen sombra.