Lucha por la autonomía, el mayor logro del EZLN
Investigadores opinan que cuando se mira de cerca al EZLN se puede reconocer sus logros. Diego Pérez / CP

La práctica de la autonomía en sus comunidades, la revalorización de los pueblos indígenas en el país, la resistencia y la “recuperación” de tierras en Ocosingo, Altamirano y Las Margaritas, son algunos de los logros más importantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), al cumplirse 30 años del alzamiento armado este primero de enero.

Han pasado tres décadas y la Primera Declaración de la Selva Lacandona en la que se le declaró la guerra al Estado mexicano, sigue vigente; el conflicto continúa sin resolverse formalmente y sin la posibilidad de que las partes regresen al diálogo, luego del incumplimiento por parte del gobierno de los Acuerdos de San Andrés, sobre derechos y cultura indígenas, firmados el 16 de febrero de 1996.

En estas tres décadas ha habido seis presidentes de diferentes partidos políticos: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, del PRI; Vicente Fox y Felipe Calderón, del PAN; Enrique Peña Nieto (priista también) y Andrés Manuel López Obrador (actualmente), de Morena.

Para el sacerdote dominico Gonzalo Ituarte Verduzco, quien se desempeñó como secretario técnico de la autodisuelta Comisión Nacional de Intermediación (Conai), que presidió el ahora difunto obispo Samuel Ruiz García, “no cabe duda de que los zapatistas le hicieron un enorme favor al país al despertar a esa realidad y lograron cambiar el lugar social de los pueblos.

“Nunca más los pueblos originarios estarán como antes de 1994, en términos de la comprensión nacional de la realidad, en la imagen propia que tienen los indígenas de sí mismos y en la legislación…”.

Sostuvo que “pusieron en el horizonte, no solo nacional sino mundial, esas realidades de los pueblos originarios de las diferentes naciones. Hay un aporte muy significativo”.

La autonomía

Dora Roblero, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), manifestó que “uno de los logros del EZLN es mantenerse en la lucha y la construcción de la autonomía, a pesar de toda la situación de violencia que se vive y los ataques del Estado”.

Opinó que “la autonomía y la resistencia son sin duda algunos de los principales logros a 30 años” del surgimiento del grupo armado. “La autonomía construida desde las bases; de fuera puede parecer que el EZLN no ha tenido buenos resultados, pero cuando se les conoce de cerca y se convive con ellos, se va a las comunidades y pueblos, se da uno cuenta de que la situación de educación, de salud, de justicia, de seguridad, la tienen muy fuerte”.

Declaración de guerra

El primero de enero de 1994, el EZLN tomó las cabeceras municipales de San Cristóbal, Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas y Chanal, al tiempo que le declararon la guerra al Estado mexicano.

“Hoy decimos ¡basta!”, tituló el documento en el que expuso que su plan de lucha era “por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”.

Los combates entre la guerrilla y el Ejército Federal (los más cruentos en Ocosingo) duraron oficialmente 12 días, ya que el 12 de enero el entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, decretó el cese unilateral del fuego.

Los primeros diálogos se realizaron durante los primeros días de febrero de 1994 en la Catedral de San Cristóbal, a los que asistieron Manuel Camacho Solís (en representación del Gobierno Federal) y una delegación zapatista encabezada por el subcomandante Marcos, así como Ruiz García en calidad de mediador.

Las partes no llegaron a acuerdos a causa, en parte al asesinato del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio, sucedido el 23 de marzo de ese año.

El Gobierno Federal y el EZLN volvieron a sentarse a la mesa en abril de 1995, luego de la incursión del Ejército Federal a la zona zapatista el 9 de febrero, lo que el grupo rebelde calificó de “traición”.

En ese encuentro realizado en la comunidad de San Miguel, Ocosingo, se acordaron las bases para los Acuerdos de San Andrés, que llevaron a la firma de los mismos el 16 de febrero de 1996.

Las negociaciones se suspendieron debido a que el gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo no cumplió lo pactado.

Mientras se desarrollaban los diálogos, el Ejército Mexicano (Federal en aquel entonces) desató una ofensiva contrainsurgente en el norte de Chiapas, utilizando al grupo priista llamado “Paz y Justicia”, donde fueron asesinadas o desaparecidas decenas de personas entre 1995 y 2000.

Apenas se había suspendido el diálogo cuando ocurrió la masacre de 45 indígenas tsotsiles en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, perpetrada por paramilitares priistas, lo que alejó aún más a las partes en conflicto.

Una vez que el panista Vicente Fox ganó la presidencia en 2000 (había dicho que en 15 minutos solucionaba el conflicto), el EZLN organizó para el año siguiente la llamada “Marcha del color de la tierra” para que una delegación encabezada por Marcos recorriera el país, con el fin de presionar al gobierno para que cumpliera los Acuerdos de San Andrés, lo cual no ocurrió.  

Como consecuencia, el EZLN fundó después las Juntas de Buen Gobierno (JBG) y más municipios autónomos, además de los caracoles, a fin de poner en práctica la autonomía en sus zonas de influencia en las regiones Selva, Altos y Norte de la entidad.

Evolución

El grupo rebelde informó el mes pasado que como parte de su reestructuración, desaparecieron las JBG y los municipios autónomos (los caracoles permanecerán, pero fueron cerrados al público por un tiempo), para dar paso a los órganos locales de gobierno.

Al respecto, Gonzalo Ituarte opinó que “fue un salto muy importante porque el modelo que estaban ejerciendo y que tuvo su eficacia con los caracoles, las JBG y los municipios autónomos, estaban como enmarcados en una lógica de estructura militar jerárquica de consulta hacia arriba”.

Se cumplen 30 años y el conflicto no está resuelto, sigue vigente la declaración de guerra —se le comentó.

“Sí y no. En realidad la evolución de la circunstancia hace que todavía siga siendo válida la llamada Ley Cocopa (Comisión de Concordia y Pacificación) que impide que el ejército actúe contra el zapatismo, etcétera… Y sigue pendiente una verdadera solución del conflicto armado, pero ha evolucionado y se ha transformado tanto la realidad en la que vivimos que queda opacado eso, porque además no existe ninguna señal de que pudiera haber en el futuro una conclusión formal de este conflicto armado y de la declaración de guerra porque simplemente las partes, el Estado y el EZLN, no parecen estar en condiciones ni tienen interés real en negociar nuevamente”.

Otro logro, abundó, “es la capacidad de transformación de sí mismos. El zapatismo no ha sido rígido en sus posturas, [pues] desde la confrontación y la declaración de guerra pasaron al proceso de paz frustrado por la decisión del gobierno de no cumplir sus compromisos, tuvo la capacidad de irse adecuando y respondiendo a las diferentes etapas y circunstancias nacionales; es un mérito muy grande, porque eso les ha permitido sobrevivir”.

Dora Roblero, por su parte, consideró que “la declaración de guerra sigue vigente por la omisión y el silencio del gobierno que no ha mostrado el mínimo interés por atender la agenda y los temas que le fueron planteados”.

“El EZLN tiene una postura bastante clara al respecto, pero al gobierno se le olvida que tiene un tema pendiente con estos pueblos”, sostuvo.  

Agregó: “A veces, pareciera que el EZLN está debilitado, que ya desapareció y ya no existe, lo cual es un discurso que le conviene al gobierno, pero si vemos de cerca podemos ver todo lo que han podido avanzar, que se mantiene y está ahí su lucha…”.

Aseguró que a 30 años, los pueblos zapatistas “viven mejor en cuestión material desde su lucha; en salud, en educación y justicia”.