A Luis Pedrero Pastrana se le recuerda como uno de los principales promotores de la limpieza del Cañón del Sumidero. Fue incluso, el primer diseñador de la maquinaria flotante que recoge los desechos que se estancan en la entrada a este monumento natural, que bajan de la cuenca alta del río Grijalva. Lo llamó “El Cocodrilo” y fue todo un éxito.
Inventor, de esos que primero lo imaginan, lo ponen en bocetos con trazos a lápiz y luego trabajan en hacerlos realidad.
Pastrana fue aquel chiapaneco progresivo que se puso a pensar en cómo atender la grave contaminación por basura del atractivo turístico más importante de Chiapas, uno de los símbolos de la belleza natural del mundo.
La barcaza “El Cocodrilo” fue concebida en un boceto inicial por Luis Pedrero. Había recorrido muchas veces el Cañón. Casualmente era secretario de Turismo y, cooperativistas, agencias de viajes, turistas en general, acudían a él con la queja constante de que durante las primeras lluvias, las corrientes de aguas del Grijalva traían consigo toneladas de palos y troncos que, junto a las miles de toneladas de plástico, conformaban el ‘tapón’ que era la primera parada de las lanchas en su recorrido turístico.
Hace quince años, cuando comenzó el proyecto de atención de la basura en el Cañón del Sumidero, se pensó en una maquinaria adaptada con un brazo hidráulico que permitiera sacarlos de la parte más honda del río, kilómetros antes del embalse de la presa Chicoasén, donde se juntaba toda la basura de 17 municipios, incluido Tuxtla.
Luis Pedrero Pastrana dibujó, a varios amigos a quienes planteó la idea, un boceto de esta máquina, de esta “panga”, que bautizó como “Cocodrilo”, y en años recientes, se convirtió en la “Tilapia”, pero que originalmente fue una barcaza adaptada con el cual Chiapas pudo recuperar un atractivo natural en cuestión de meses y reabrirse al mundo, recordó Luis Manuel García Moreno, al evocar la face de inventor que más se le conoció.
Empresario y visionario
En el sector empresarial, Pedrero Pastrana tenía un sitio destacado. Sabía mucho de lo que hablaba cuando de turismo se trataba. Era el dueño del Hotel Maya Sol (antes Lacanjá, Howard Johnson y ahora Quality Inn) un excéntrico resort de la época de los 80 que construyó junto a su hermano Roberto, apostándole siempre por el atractivo turístico de Chiapas.
“Una gran visión estratégica para los negocios, para todos los temas de turismo, un experto en el ramo, siempre adelantado a su tiempo”, sostuvo Alfredo Araujo Esquinca, con quien compartió varios proyectos en la capital.
Luis Pedrero invirtió en varios rubros: era dueño del Liceo José Vasconcelos, tenía participación en la Escuela Bancaria y Comercial, en Tuxtla Gutiérrez, e inició con la agencia de autos Pastrana de Pedrero en Tapachula.
“El Ron Ron”
En la época en que se construyó la presa Chicoasén, Chiapas atravesaba una década boyante en cuanto a la construcción que se notaba en una derrama económica en diversos rubros y la ciudad aspiraba a ser cosmopolita.
Entonces, Luis Pedrero Pastrana inauguró un sitio de moda, una discoteca llamada “El Ron Ron”, que hoy se recuerda como otra de las grandes huellas que retratan al empresario, inventor, “Don de gente”, un ser humano excepcional y un amigo de verdad.
“Lo ubicaré siempre como un gran amigo, visionario, presente en todos los escenarios del tiempo”, dijo María Enriqueta Burelo Melgar, al compartir un mensaje del grupo Chiapas Unido, el grupo político, plural, de reflexión y propuestas, al que también perteneció desde hace 13 años este chiapaneco extraordinario, que falleció este miércoles a los 87 años de edad.