La mala calidad del aire que se ha registrado en la zona Metropolitana no es tema nuevo, incluso en 1998 se presentó una cantidad importante de humo que “tapó” Tuxtla Gutiérrez, pero no había instrumentos para hacer la medición.
Hoy se ha convertido en un problema que afecta la salud de la población, precisó Emmanuel Díaz Nigenda, profesor-investigador del Instituto de Investigación y Gestión de Riesgos y Cambio Climático en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach).
Contaminación
Consideró que en el caso de la capital del estado, la contaminación se está generando por ozono y por partículas, y cada año este fenómeno ha tomado mayor relevancia debido a que es más frecuente y severo.
La normatividad, que entró en vigor en el 2021, indica que tienen que disminuir los límites máximos de manera gradual. Para este año los máximos permisibles se ubican en cerca de 33 microgramos por metro cúbico para el contaminante de las partículas pm 2.5.
Respecto de lo que ocurrió hace unos días con la mala calidad del aire, recordó que fue en 1998 que la ciudad también se llenó de humo y se repitió muchos años después, sin embargo, en esos momentos no habían aparatos para hacer las mediciones.
El investigador detalló que en 1998 la entidad sufrió de muchos incendios y se perdieron muchas hectáreas; se observó que era un año seco y con altas temperaturas.
Si algo similar ocurre a lo largo de 2024 se pueden presentar situaciones parecidas, aunque falta ver el comportamiento de los meses de abril y mayo.
Prevención
Díaz Nigenda comentó que será importante que se realicen actividades de prevención de incendios, debido a que muchas personas que hacen uso del fuego pueden no ser conscientes de los daños que pueden generar con esas acciones.
El investigador comentó que las partículas pm 2.5 son más finas y eso implica más riesgo, debido a que pueden penetrar con mayor facilidad al organismo y afectar la salud de las personas.