La nutrición durante el embarazo es muy importante porque de eso depende el desarrollo del bebé dentro del vientre materno. Debe satisfacer las necesidades energéticas, tanto de la mujer embarazada como del producto, lo que ayuda a su vez a prevenir ciertas dificultades, explicó la nutrióloga Citlali Bueno Ramírez, de la Coordinación de Salud Materna y Perinatal de la Secretaría de Salud.

Comentó que muchos especialistas refieren que la mala alimentación durante el embarazo puede repercutir en que el bebé nazca con bajo o alto peso, incluso, durante la gestación puede provocar un aborto, muerte materna y dificultar el desarrollo físico y cerebral del mismo.

La nutrición debe incluir una gran gama de nutrimentos necesarios para que la mujer pueda llevar en la mejor forma su embarazo. El principal es el ácido fólico, por lo que toda embarazada cuando acuda a consulta debe recibir una suplementación de este, pero la alimentación también debe proveer de forma natural este nutrimento.

El ácido fólico contribuye a que el bebé se desarrolle en las mejores condiciones, también a evitar que se generen malformaciones como labio leporino, alteraciones como espina bífida, y otras condiciones que conllevan a una mala calidad de vida para este.

Algunas fuentes que se recomiendan para poder recibir ácido fólico de forma natural son las hojas verdes como la acelga, espinacas, quelites, verdolaga; también los frutos secos como cacahuates, nueces, almendras, pistaches, etcétera.

Se recomienda consumir estas fuentes de nutrimento en pequeñas cantidades diariamente, complementado con otras verduras y frutas para garantizar que se cubren las necesidades del organismo, en este caso de la mujer embarazada.

Mencionó que, incluso, hay mujeres que llegan a tener antojos de tierra mojada y hasta jabón, pero esto se da por falta de minerales en el cuerpo, por eso es necesaria la suplementación de ácido fólico y otras vitaminas recomendadas por un especialista.

Indicó que es normal que durante el embarazo se antojen alimentos con grasas y azúcares, pero es conveniente consumirlos de forma moderada. Lo que se debe evitar definitivamente son las galletas, pasteles, chocolates, pan, bebidas alcohólicas, refrescos embotellados, entre otros derivados.

Refirió que en general se debe evitar toda comida procesada y también enlatada, ya que estos tienen altos contenidos de conservadores, que a su vez tienen altos contenidos de sodio, lo que puede provocar una elevación de la presión arterial y desencadenar preeclampsia.