María Imelda, el valor de ser artesana

Chiapas es un estado rico en la parte cultural, debido a que habitantes de diversas zonas se han encargado, a través de sus obras y creaciones, de generar esa identidad, que ahora se ha llenado de colores, formas y variedades en Tuxtla Gutiérrez con la expoventa artesanal que se realiza en el centro de la ciudad. Las actividades se extenderán hasta el 17 de febrero, de 10:00 a 20:00 horas.

En medio de los múltiples puestos que ofrecen textiles, juguetes, productos a base de alfarería y hasta degustaciones en la expoventa artesanal “De mis manos a tu corazón”, aparece María Imelda López Morales, una artesana de Oxchuc que aprendió el oficio desde muy pequeña.

Ella realiza trabajos de telar de cintura que son bordados a mano y que se distinguen de los colores tradicionales del lugar. Elabora blusas, vestidos, ponchos, carteras y hasta bolsas.

Un oficio de generación

Su aprendizaje se remonta a su niñez, pues desde los ocho o nueve años empezó con lo más básico. Su madre se encargó de transmitirle sus conocimientos sobre los bordados. Más allá del trabajo, para ella lo más valioso son las enseñanzas que tiene, a fin de conservar lo que se hace con las prendas tradicionales, las cuales —dijo— se traducen en una forma de identidad de los pueblos originarios.

Elaborar estos productos permite generar en una parte el sustento para la familia. El tiempo para poder vender una pieza puede llegar a variar, al igual que el de su elaboración, pues depende del tamaño, largo, ancho y bordados con los que cuente la prenda.

Por ejemplo, una blusa puede demorar un mes y medio, sin embargo, una pieza más grande hasta 60 días. Todo se hace a mano. En lo que respecta a su negocio, desde hace ocho años comenzó a darse a conocer en otras zonas de Chiapas.

Respecto a la materia prima que se ocupa, que en este caso son los hilos, se tienen que adquirir por la artesana de manera individual. Todo lo que realiza lo vende de forma variada, pero reconoce que alguien local le da más valor al producto.

Más allá de ofertarlo, el hecho de que una persona exprese su reconocimiento del telar de cintura tiene un valor agregado, ya que “es un ánimo más para mí, para seguir adelante”.

En uno de los locales donde se instaló, en el centro de Tuxtla Gutiérrez, se observan prendas originales y que no se repiten en el diseño. Es ella la que se encarga de hacer las formas y mezclar los colores, los combina para dejar una buena presentación.

López Morales reconoce que son pocas las personas que resaltan el trabajo artesanal, y no hace falta quienes intenten cuestionar el precio. “Yo siempre les digo: tengo que darle el valor como artesana, yo sé el tiempo que me lleva”.