Como parte de los trabajos preventivos que lleva a cabo la Secretaría de Salud en Chiapas, entre enero y julio de este año se recolectaron más de 150 mil toneladas de cacharros, a fin de evitar la proliferación de los casos de dengue.
El director de Programas Preventivos en la Dirección de Salud Pública, Miguel Ángel Palafox Palacios, comentó que la entidad es un estado endémico a enfermedades transmitidas por vector.
Sobre la cantidad de cacharros que se han levantado, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez son los dos municipios donde más se ha recolectado, debido a que la población sigue produciendo estos objetos que son foco de criaderos del mosco transmisor.
Lava y tapa
Los zancudos buscan un espacio mínimo de agua limpia para poner los huevecillos. El pasado 15 de julio Palafox Palacios refirió que Tapachula y Tuxtla Gutiérrez de forma histórica son las zonas que han ocupado el mayor número de casos de personas que se enferman del dengue.
La intención ahora es que Chiapas, a pesar de su ubicación geográfica y de las condiciones que tiene para los vectores, no se ubique dentro de los primeros lugares como ha ocurrido en años anteriores.
Signos de alarma
En la parte de síntomas, la población debe entender que el dengue genera fiebre (que dura de cinco a siete días), ataque al estado general, además de dolores de huesos, de las articulaciones y musculares. Por lo que se recomienda una hidratación constante.
Hay pacientes que experimentan dolores de cabeza, falta de apetito y hasta nauseas. La situación se puede complicar en el siguiente contexto: pasando cinco días baja la fiebre, pero comienzan a salir sarpullidos, puntos rojizos o dolor abdominal, esos son signos de alarma, por lo que es importante acudir con atención médica.
Las campañas de descacharrización del sector salud son permanentes, es decir, en la entidad se están realizando las actividades, a la par de que se está dotando de insumos a los municipios para que lleven a cabo, de forma planeada, los trabajos de nebulización.
Finalmente, refirió que el mapeo y las trampas colocadas en las diversas zonas de la entidad permiten medir, con los huevecillos que son recolectados y con el número de casos probables, los puntos rojos para dirigir la nebulización a sitios donde hay más moscos.