Gran parte de la población desconoce que si al consumir cualquier medicamento este genera efectos adversos, sin razón aparente, puede reportarlo a la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (Dipris) para que se realice un reporte y análisis del mismo.
Vigilancia
Lizeth González Corzo, responsable estatal de Farmacovigilancia de la Dipris, comentó que el objetivo de esta área es vigilar los efectos de los fármacos, secundarios, graves y no esperados, o bien, la falta de efecto, para turnarlo a los organismos correspondientes.
Si esto ocurre, lo primero que se debe hacer es suspender la medicación, acudir con un especialista o el médico de cabecera, para evaluar el estado de salud general y ver si es necesario hacer algo más. Después reportarlo ante la Dipris.
Desafortunadamente, no hay una cultura al respecto, pues prácticamente toda la población considera normal una reacción adversa a un medicamento; si bien en casi todos los casos no pasa a una situación grave, es necesario reportarlo para que se estudie el fármaco.
Puestos de verificación
En cada una de las jurisdicciones sanitarias (Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas, Comitán, Villaflores, Pichucalco, Palenque, Tonalá, Tapachula, Motozintla y Ocosingo) existe un responsable que se encarga de verificar estos reportes e iniciar el proceso correspondiente.
Detalló que levantan el reporte completo, lo envían a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), quien lo reenvía a un centro internacional en Suecia, encargado de verificar la efectividad de los medicamentos y determinar si debe ser retirado del mercado.
Recomendaciones
Mencionó que, al comprar y consumir un medicamento, se debe leer muy bien el empaque, verificar el lote, nombre genérico, registro y, sobre todo, la fecha de caducidad, para prevenir posibles efectos negativos o intoxicaciones. A su vez, comprar medicamentos en lugares establecidos, seguros y registrados.
El área de Farmacovigilancia hace periódicamente capacitaciones, asesorías y difusiones para informar a la población que no es normal que los fármacos provoquen reacciones adversas, porque deben cumplir con los estándares.