Memorable homenaje a los Niños Héroes

Minutos antes de la salida de los rayos del sol, ya se apostaban los primeros integrantes del 20 Batallón del Ejército Mexicano en las instalaciones e inmediaciones del Monumento a los Niños Héroes.

En el sitio, un contingente de mujeres integrantes del Hospital Regional de la VII Región se alista a escuchar las indicaciones de los altos mandos.

En la explanada frontal a donde se encuentran las estatuas, se comienzan a afinar los detalles y algunos integrantes de la Marina Armada de México, así como de la Fuerza Aérea Mexicana, observan detalles y hacen apuntes.

Los integrantes del 20 Batallón toman sus posiciones, se ordenan tras algunos breves ensayos y algunos de sus más estrictos integrantes colocan marcas en el piso para establecer el sitio donde estarán colocados en el momento del acto protocolario.

Con la ya clásica voz de mando, reciben algunas indicaciones y se organizan para que cuando se realice el evento todo se ejecute a la perfección.

En las pruebas de sonido de los micrófonos se pueden escuchar las indicaciones sobre los detalles de cómo se deberá entonar el conocido grito de “murió por la patria”, tras exclamarse los nombres de cada uno de los Niños Héroes, integrantes del Colegio Militar del emblemático Castillo de Chapultepec.

Faltando algunos minutos para las 8:00 de la mañana, se comienzan a presentar algunos de los integrantes del gabinete del Gobierno del Estado, que con sigilo se mantienen a la distancia; uno a uno conforman pequeños grupos en los que charlan con sus compañeros; algunos ríen, otros más beben algunos sorbos de café y comparten experiencias.

No todos se acercan de inmediato a los asientos asignados bajo las carpas de color blanco. Antes de iniciar el acto protocolario, los contingentes se organizan, las cámaras de televisión se acomodan, se puede ver a ingenieros y técnicos realizando las actividades para estar listos en tiempo y forma.

Un integrante del Ejército pule la mesa del presidium con un trapo, para evitar cualquier rastro de polvo.

Minutos antes de las 9:00 de la mañana el sonido ambiental informa sobre el arribo del gobernador Rutilio Escandón Cadenas y sus acompañantes.

Todos los presentes no dudan en acomodarse en el sitio correcto y algunos hasta colocan bien las empuñaduras de las camisas o se ajustan las corbatas; las mujeres hacen lo propio.

En los altavoces se anuncia el inicio del acto protocolario por medio de un mensaje que rememora las batallas contra la intervención de los Estados Unidos de Norteamérica a México.

Con voz firme, el general de Brigada Diplomado Estado Mayor, Gilberto Martínez Martínez, comandante de la 31 Zona Militar, se dirige al público y tras su discurso, se da paso a la participación del gobernador del estado.

El titular del Poder Ejecutivo enaltece las acciones de los Niños Héroes y al mismo tiempo aprovecha para enviar un mensaje dirigido a las juventudes, y sin dejar de lado la importancia de la consolidación de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, concluye.

Cerca de las 9:30 horas es el turno de la exhibición que corresponde a los integrantes del 20 Batallón, pues son los encargados de disparar salvas en honor a los caídos.

En el siguiente instante, un integrante de la Secretaría de la Defensa Nacional declama en alusión a la batalla del bosque de Chapultepec, destacando la reacción del ejército enemigo, casi arrepentido de la agresión, por lo que la derrota de los niños tiene más bien un sentido victorioso para nuestro país.

Con la atención centrada en la actuación del militar, los presentes reflexionan brevemente, para que finalmente se entone la Marcha del silencio.

Acto seguido, el gobernador del estado se alista para montar una guardia de honor al pie de las estatuas de los héroes.

Con el himno nacional y el himno a Chiapas culmina la ceremonia.