México podría volverse un país de viejos pobres

De acuerdo al doctor Gibrán Ramírez Reyes, secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, uno de los principales retos para alcanzar el bienestar poblacional en México es reformar el sistema de pensiones actual.

Menciona que en Chiapas se aprobó recientemente una reforma a la ley del Isstech, en la que se elevó la edad de jubilación, una propuesta sensata dado que este límite se estableció cuando la esperanza de vida y la vida laboral en México eran mucho menor.

Hoy día la capacidad de trabajar dura mucho más y hay diversas posibilidades de contribuir. Es una actualización por la que han pasado la mayoría de los sistemas de pensiones en el mundo.

Sin bien en Chiapas se ha hecho, teme que a nivel nacional se haga lo contrario, dado que venimos de un sistema privado, el de la Afore, en el que se obliga a los trabajadores el ahorrar una parte de su salario, que de por sí es bajo, a eso se le suma que muchos patrones registran a sus empleados ante el IMSS con un salario menor.

Señala que ya el próximo año se empiezan a jubilar los que empezaron a cotizar bajo el supuesto de las Afores y la mayoría no va a alcanzar pensión; sino se hace una reforma firmaremos nuestro destino como un país de viejos pobres.

Indica que es vital que el gobierno actúe de forma integral, desde todas las aristas. Una buena medida sería aumentar las cuotas patronales al IMSS, sin embargo, es necesario antes combatir el subregistro.

Si se comparan las bases de datos del IMSS y SAT se puede ver el subregistro de trabajadores, que cotizan a un salario diferente y por lo cual el Seguro Social deja de percibir miles de millones de pesos, señala el especialista.

Consideró favorable el anuncio sobre las inspecciones aleatorias a grandes contribuyentes y empresas sospechosas para cobrarles lo que deben pagar, lo cual es muy bueno porque aumentarían sus recursos.

Sistema de salud

El doctor comenta que el sistema de salud también es primordial para que la población alcance el bienestar, no obstante, considera que hasta hace poco éste registraba la peor crisis a nivel nacional.

En su percepción, el Seguro Popular era una simulación de sistema de salud, con un sistema de seguridad financiera que pagaba contra procedimientos realizados, utilizando la infraestructura ya existente en los estados del país y que muchas veces fue saqueado por gobernadores en sus fondos.

Dijo que era fundamental cambiar el enfoque, que es lo que ha procurado el Gobierno Federal al generar el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que hasta ahora va marchando bien con un incremento al presupuesto de salud de 40 mil millones, que para los costos del sistema de salud es poco.

Este sistema contempla un ahorro en las compras que representan menos gastos con respecto a los años anteriores, de entre el 40 y 60 por ciento, sobre todo en distribución y compra de medicamentos.

Hay una decisión consciente del Gobierno Federal de no transitar de una vez a un sistema integral de salud, que sería el último objetivo, porque la crisis era tal que lo que había que procurar era que las personas que no tienen acceso a ningún sistema de salud pudieran tenerlo.

Sí hay problemas con el Insabi, pero es debido a la transición, en la que hizo falta un calendario de todos los cambios y sobre todo un manual para los usuarios, para saber dónde si es válido que cobren cuotas de recuperación y cómo pueden ser referidos a un hospital de segundo o tercer nivel.

A esto se le suma que en muchos estados hay más trabajadores administrativos que médicos y enfermeras, lo que representa un costo muy alto, porque muchos son aviadores en instituciones públicas o de nóminas paralelas, que no pueden ser llevados al Insabi porque sería un problema.