Microcuenca San Vicente, área de conservación
La riqueza biológica de la región se encuentra por las márgenes de la cuenca. Cortesía

Entre cañadas, valles y montañas, la microcuenca San Vicente en Tzimol es el hogar de 109 especies de artrópodos, ocho especies de anfibios, 145 especies de aves, 21 reptiles y dos especies de peces nativos, de acuerdo con las investigaciones y los conteos personales del biólogo Aureliano Argüello Figueroa.

Este conteo de especies, explicó, corresponde a las nativas, lo que quiere decir que originalmente han estado y se han desarrollado en esta áreas; sin embargo, mencionó que las especies exóticas o introducidas tienen su contraparte, las cuales también se han ido adaptando y compitiendo por los espacios geográficos.

Café y cañas de azúcar, argumentó, han sido las especies invasoras que mayor presencia tienen en la región, las cuales representan la fuerza económica y “nos dan mucha identidad”.

En la presentación virtual de la Red Mexicana de Jóvenes por la Investigación (Rejim), sede Chiapas, el biólogo destacó que el problema del cultivo de caña pone en riesgo a la biodiversidad, ya que en temporada de quema muchos animales viven o se desarrollan dentro de los cañaverales, los cuales suelen morir quemados.

Aunado a esta amenaza, sostuvo que también se adhieren la tala y caza ilegal, lo cual compromete a la riqueza de los sabinos, árboles de identidad estatal; así como los pata de elefante, que son saqueados para su venta; asimismo, a los bosques de encino, los cuales son destruidos por su uso maderable.

La cuenca hidrográfica del río San Vicente, explicó, se encuentra a una altura promedio de mil 403 metros sobre el nivel del mar en la parte alta y media; mientras que la parte baja, la cual se origina en las cascadas del Chiflón, desembocando en el río Grijalva, en zonas de depresión central tiene una altura de aproximadamente 630 metros sobre el nivel del mar.

Argüello Figueroa concluyó explicando que esta diversidad de regiones fisiográficas hace que tenga una variedad de climas, vegetación y una riqueza biológica que debe ser pilar de la conservación.