La modificación de las bocabarras naturales que se presentan en las regiones costeras y en Áreas Naturales Protegidas (ANP) ha generado un fuerte impacto ambiental, reducción del ambiente y afectado a más de 10 cooperativas pesqueras.
Una publicación de la Reserva de la Biosfera La Encrucijada de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), expuso que entre 2021 y 2022 se han presentado inusualmente cierres simultáneos de bocabarras, ocasionando alteraciones en el intercambio de agua salina y dulce, interrupción del flujo de larvas de peces y crustáceos. También se han generado inundaciones en comunidades cercanas a las bocabarras, reducción drástica de producción pesquera.
“Esta situación impacta de manera directa e indirecta al medio ambiente y a las 15 sociedades cooperativas pesqueras que se ubican en dichas zonas y que es su modo de vida y fuente de ingresos es a través de la pesca”, destaca la publicación.
En el territorio de la reserva existen ocho bocabarras a lo largo de 126 kilómetros de litoral: Mapache, Palmarcito, Pampa Honda, Barrita de Pajón, El Castaño, San Juan, San José y San Simón, cuya dinámica natural permite el funcionamiento de los sistemas lagunares y, al mismo tiempo, depende de la dinámica de estos.
Daño
De acuerdo a la investigadora Dulce María Infante Mara, los diferentes grados de alteración de los ríos hace que las ciudades que se ubican colindantes sean vulnerables con efectos colaterales, que dañan fuertemente la vida acuática, generando también insuficiencia alimentaria en las comunidades dedicadas a la pesca.
Los manglares son los más afectados por la gran “cantidad de sedimento que llega”, a esto se adhieren otras amenazas como la contaminación por la ganadería, las canalizaciones de la palma de aceite y la extracción de material pétreo.