Montes Azules, un tesoro que debe ser protegido

Por la invaluable riqueza natural que representa y por ser parte fundamental de un ecosistema de altísimo valor ambiental, es urgente y crucial asegurar la conservación de la Reserva de la Biosfera Montes Azules ante cualquier intento de afectar un tesoro nacional que debe ser respetado, protegido y blindado para las generaciones de hoy y del futuro, afirmaron 17 organizaciones ambientalistas del país.

En un pronunciamiento emitido este martes, en el marco de los 42 años del decreto por el que se creó la Biosfera de Montes Azules, destacaron que la conservación y protección del medio ambiente es responsabilidad de todos.

Sin embargo, consideraron que los gobiernos federal, estatal y municipal tienen la obligación de conservar las especies vegetales y animales que constituyen las selvas tropicales, toda vez que estas son parte del patrimonio de la nación.

Aseguraron que Montes Azules es parte del área silvestre tropical más extensa al norte de la cuenca amazónica.

“Es el hogar de especies que no viven en ningún otro lugar del planeta, como la musaraña lacandona (Cryptotis lacandonensis), compartida por México y Guatemala, y la peculiar planta Lacandonia schismatica, además de que es el hogar del jaguar, el felino más grande de América, que hoy está catalogado en peligro de extinción”.

De la misma manera, señalan que habitan en la reserva otras especies en riesgo de desaparecer como el tapir, el jabalí de labios blancos, la última población silvestre de guacamaya roja a nivel nacional y también es el refugio del águila más grande, poderosa y espectacular del mundo: el águila arpía.

Resaltaron que la Reserva de la Biosfera Montes Azules contiene un tipo de vegetación que sólo es posible encontrar en el 0.72% del territorio mexicano: la Selva Alta Perennifolia, ecosistema que abastece de agua dulce pura y cristalina al río Usumacinta, mismo que junto con el Grijalva contienen aproximadamente el 30% de este recurso a nivel nacional.

Refieren que el Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación que entró en vigor el 13 de enero de 1978 ya consideraba que “las selvas tropicales constituyen ecosistemas frágiles, muy susceptibles a las alteraciones realizadas por el hombre”.

Asimismo precisaban, que en caso de acciones mal planeadas pueden romper su equilibrio ecológico provocando pérdidas irreversibles en la riqueza florística y faunística de la selva y degradación ecológica de las áreas actualmente cubiertas por la misma.

El ordenamiento indica, además, que “en la reserva integral de la biosfera se determinarán las áreas donde las únicas actividades permitidas serán el turismo y la investigación científica y tecnológica, y de aprovechamiento controlado, en las que sin proceder al desmonte se aprovechen las selvas y sus recursos naturales”, lo cual debe mantenerse.

Las organizaciones que demandan mayor atención a esta reserva son: Territorio Jaguar A.C, Amigos de Kolijke A.C., Grupo Ecológico Sierra Gorda, IAP Naturalia A.C., Centro Mexicano de Derecho Ambiental, CEMDA SACBÉ-Servicios Ambientales, Conservación Biológica y Educación A.C, Terra Peninsular A.C. Revive México A.C. Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental, A.C., Red Nacional de la Carta de la Tierra, Sustentabilidad Acciones para la Vida, Prodefensa del Nazas A.C., Conservación de Mamíferos Marinos de México, Comarino, Alianza Jaguar A.C. Natura y Ecosistemas Mexicanos A.C. Fondo de Conservación El Triunfo, Foncet y Legado Sustentable, A.C.