Muchos se aprovechan de los migrantes: obispo
Jaime Calderón invita a “seguir priorizando la solidaridad con nuestros hermanos migrantes”. Ramón García / CP

La presencia de migrantes en la frontera sur de México ha iniciado con una industria económica ilegal a costa del sufrimiento, debido a que se les ha visto como un sector en movilidad que genera de dinero, incluyendo a autoridades migratorias y policiacas, quienes han aprovechado este fenómeno para vivir e incrementar sus ingresos de manera ilícita.

En su mensaje dominical, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, señaló que en este “río revuelto del fenómeno migratorio, muchos dicen ayudar a los migrantes, todos comen de ellos y los únicos que sufren y pasan hambres son ellos”, pues, agregó, “abusan de los peregrinos que han decidido ir hacia el norte pese a las inclemencias del camino y a todo lo que tengan que sufrir, en ocasiones hasta la muerte”.

Lamentó que la impunidad con la que operan tantas personas se ha extendido ahora hasta con motociclistas, quienes lucran con los migrantes quitándoles hasta el último centavo y abandonándolos cuando ya no tienen más qué pagar.

Pseudoactivistas

Señaló que es muy triste ver cuánto tiempo llevan los autollamados activistas, que no son más que polleros con credencial oficial, viviendo del hambre, del sufrimiento, del dolor de los migrantes, sin tener ningún remordimiento de conciencia, justificando su lamentable forma de proceder, “el cual parece que cuentan con la misma aprobación y el beneplácito del gobierno federal y local”.

Detalló que a lo largo de los casi 300 kilómetros de la carretera Costera todos los días pueden verse a grupos inmigrantes, integrados por hombres, mujeres y niños, quienes van avanzando con rumbo al norte cargando mochilas pesadas que hacen más lento y aparatoso el andar.

Indicó que en las cabeceras municipales son muchos más los que se refugian en las aceras y en cualquier techo o sobre la banqueta, lo que les ayude a liberarse un poco de las últimas lluvias intensas de esta temporada, donde muchos niños, mujeres y hombres mayores se les ve avanzar con mucha dificultad.