Víctima de un paro cardiorrespiratorio falleció a los 91 años de edad, Jacinto Naciff Gómez, mejor conocido en Comitán, como “Don Chinto Naciff”, dedicado a la tipografía desde hace más de medio siglo en la ciudad.

Nacido en el municipio de Las Rosas el 17 de agosto de 1927, fue hijo de Salomón Naciff de origen libanés y la chiapaneca Candelaria Gómez, quienes después de establecerse en Ocosingo decidieron mudarse a Comitán.

Salomón Naciff, había huido de Líbano, justo en periodo de entreguerras y llegó a Veracruz después de varios meses, para luego asentarse en Chiapas, en donde se dedicó al comercio en las comunidades indígenas del Desierto de la Soledad, como le llamaba a la Selva Lacandona.

Fue en Comitán, que el hijo de la pareja Naciff Gómez, comenzó a buscar trabajo, pero después de varios intentos y de no acomodarse en ningún lugar, se dio cuenta de su afición por las imprentas.

Chinto Naciff, tenía el gusto por observar el trabajo de las grandes máquinas donde se realizaban impresiones, hasta que, en el mes de mayo de 1955, inició como dueño de la imprenta Proveedora Cultural.

Después de terminar de pagar la imprenta que adquirió con muchos sacrificios, con el señor Ramiro Ruiz Alfonso, cambio el nombre de su negocio a “Imprenta y Sellos Naciff”, ubicada en el barrio de la Cruz Grande y conocida por todos los comitecos.

Don Chinto Naciff, le gustaba estar a la vanguardia y en ocasiones viajaba a la capital del país para tomar algunos cursos de actualización, fue entonces que, en el año de 1991, El Instituto de Calidad y Prestigio S.A. de C.V.  confirió el certificado a la “Imprenta y Sellos Naciff”, como la “Número Uno” en el ramo de imprentas, certificado que ganó a través de una encuesta celebrada entre el público consumidor de la ciudad de Comitán.

Fue tan popular que algunos periodistas de ese entonces consideraron y mandaron a imprimir sus primeros ejemplares que circularon por varios meses en la ciudad.

Más tarde Naciff Gómez, comenzó a usar ófset, un método de impresión popular, con el que se podría decir que vivir en “casi el último pueblo” de la frontera sur, se encontraba actualizado para poder realizar cualquier tipo de trabajo.