Mujeres afro deben tener mayor participación
La activista dijo que las instituciones deben garantizar que las mujeres afromexicanas ejerzan por completo sus derechos. Diego Pérez / CP

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Chiapas se encuentra en la posición número 14 del país en la que reside la mayor población de mujeres afrodescendientes.

Habitan 2 millones 837 mil 881 mujeres, de las cuales el 1 %, es decir, 28 mil 182 se identifican como afrodescendientes. Según el Inegi, los municipios con mayor presencia de mujeres afrodescendientes son Tuxtla Gutiérrez, con 4 mil 851; San Cristóbal de Las Casas, con 2 mil 132; y Tapachula, con 2 mil 33.

Aleida Vázquez Cisneros, defensora y activista por los derechos humanos, comentó que la presencia de las mujeres negras implica un acervo cultural importante que se ha transmitido de generación en generación. Las voces de las mujeres afrodescendientes han jugado un papel clave para su reconocimiento e inclusión.

Las mujeres afromexicanas se han organizado en los últimos años, debido a que la cultura que les da identidad también ha sido objeto de discriminación, quitándoles derechos históricamente, dado que en muchos casos no tienen acceso a infraestructura pública digna.

Ejercer la ciudadanía

Manifestó que las mujeres afrodescendientes tienen que estar participando para la construcción y transformación de una sociedad mejor, donde puedan ejercer su ciudadanía, y para ello trabajan en talleres y pláticas en distintos contextos sociales.

Enfatizó que para que las mujeres afromexicanas y afrodescendientes puedan ejercer su ciudadanía se requiere que las instancias garantes de los derechos humanos tengan una perspectiva de inclusión, intercultural e interseccional, apegándose al mandato constitucional y convencional.

Para reconocer los problemas de las mujeres afrodescendientes es preciso partir desde una perspectiva de intersecciones, que incluya la multiplicidad de categorías que conforman su identidad y las consecuencias derivadas de la intersección del género con otras identidades históricamente como inferiores, como “la negra” o “afrodescendiente”.

El gran reto para las instancias que velan por los derechos de las mujeres es acortar las brechas de desigualdad que viven muchas mujeres afromexicanas y afrodescendientes.