A lo largo de la historia de México, la mujer ha tenido una destacada participación en el contexto sociocultural, coadyuvando en diversas tareas que permitieron sentar las bases de nuestra nación.
“El servicio a la Patria no se distingue en género, solo requiere de un gran compromiso por servir a Mexico”, destacó la capitán 2.º enfermera, María del Socorro Velázquez Bautista.
Las mujeres constituyen un componente fundamental para la construccio´n de la paz en los territorios. Hoy en di´a las participaciones dentro de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y Fuerza Aérea Mexicana son variadas.
“Las mujeres hemos incursionado en diversas áreas como en la salud, ingeniería, pilotos y en las diversas armas del Ejército, lo que aporta igualdad, así como esperanza a la juventud mexicana”, destaca Velázquez Bautista.
“Nuestro ingreso a las Fuerzas Armadas ha sido paulatino, producto de diversas acciones nacionales y de recomendaciones internacionales para incorporarnos en labores para consolidar la paz y bienestar de la nación, siendo parte fundamental del funcionamiento”, añadió.
Antecedente histórico
En lo que respecta a la participación de la mujer en el Ejército Mexicano, el origen documental se extiende hasta la lucha revolucionaria de 1910, realizando papeles preponderantes en actividades administrativas, logísticas y operativas.
“Las mujeres hemos tenido una destacada participación a lo largo de la historia de México y en diversas áreas; eso es algo que me llena de orgullo y satisfacción, saber que tenemos las habilidades y conocimientos para que sean de gran utilidad a nuestro Ejército”, comentó.
El Eje´rcito Mexicano se creo´ en 1913. Las mujeres ingresaron primero a la Escuela Militar de Enfermeras, con el paso del tiempo se abrieron espacios en las escuelas de Me´dico Militar, de Odontologi´a, Militar de Ingenieros, de Guerra, en el Heroico Colegio Militar y en el Colegio del Aire.
La teniente cirujano dentista, Sabrina López Corrales, relata que la institución es una de las “más nobles y generosas que existen”, pues “el ser militar, exige estudio constante, ofreciéndote la oportunidad de seguir preparándote profesionalmente”.
Para la teniente, su meta a corto plazo “es hacer la especialidad de Ortodoncia, nuevamente en una escuela militar pues saber más para servir mejor, realmente puede cambiar vidas. Ver una sonrisa en el rostro de las personas y saber que pude ayudarlas, eso es lo más gratificante para mí”.
—¿Cuentas con las mismas oportunidades que el personal masculino?
Sí, en mi caso soy graduada de plantel militar, desde el proceso de admisión me brindaron el mismo trato y posibilidades de desempeñarme en todas las áreas que el Ejército ofrece para desarrollarme y crecer física, mental y profesionalmente; así como en la posibilidad de ascender de grado y llegar a ocupar ciertos cargos que antes estaban limitados al personal masculino.
—¿Volverias a entrar al Ejército?
Por supuesto que sí. Si volviera a nacer de nuevo tomaría la misma decisión de ingresar al Ejército y estudiar la misma licenciatura; es la mejor decisión que pude haber tomado.
De acuerdo con un reporte del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) en 2019, en el Ejército Mexicano había 25 mil 495 mujeres y 188 mil 762 hombres, es decir, poco menos de una séptima parte de las Fuerzas Armadas estaba conformada por mujeres.
Para 2022 la cantidad de personal femenino en el Ejército Nacional aumentó a mil 762, con un registro de 27 mil 257.