Un reciente informe de las organizaciones Coffee Watch, Empower y ProDESC expone las graves condiciones de explotación laboral, deforestación y opacidad en las cadenas de suministro de café para las empresas Nestlé y Starbucks en México.
El documento, titulado "Explotación y opacidad: La realidad oculta del café mexicano en las cadenas de Nestlé y Starbucks", señala que estas empresas, junto a intermediarios globales, perpetúan un sistema que beneficia a corporaciones multinacionales a costa de comunidades indígenas y pequeños productores.
Salarios de miseria
Según el informe, los trabajadores del café en México ganan en promedio 106 dólares (unos dos mil 168.89 pesos al tipo de cambio de hoy) al mes, apenas por encima del umbral de pobreza extrema (98.80 dólares).
En contraste, los CEOs de Nestlé y Starbucks perciben salarios mensuales de 1 millón y 10 millones de dólares respectivamente.
Además, se documentó la persistencia de trabajo infantil en regiones cafetaleras como Veracruz y Chiapas, donde hasta el 16 % de los menores de 17 años realizan labores agrícolas, muchas veces sin remuneración.
"Los precios que fijan las empresas no cubren ni los costos de producción. Nos obligan a depender de créditos abusivos y a involucrar a toda la familia, incluidos los niños", denunció un productor de Veracruz bajo anonimato.
Robusta y deforestación
El informe destaca el rol de Nestlé en la promoción del café robusta, una variedad de menor calidad pero más resistente, utilizada para productos instantáneos.
Su cultivo, que requiere luz solar directa, ha acelerado la deforestación en zonas boscosas. Entre 2000 y 2023, municipios como Ocosingo (Chiapas) y Coatepec (Veracruz) perdieron miles de hectáreas de bosque, convertidas en plantaciones.
"El robusta desplaza al arábica tradicional, degrada el suelo y seca los mantos acuíferos. Es un negocio para las corporaciones, no para nosotros", afirmó otro productor.
Certificaciones cuestionadas y captura corporativa
Ambas empresas promueven programas de certificación —C.A.F.E. Practices (Starbucks) y 4C (Nestlé)— que, según el informe, carecen de imparcialidad. Los auditores suelen depender de datos autodeclarados por los productores, sin verificación rigurosa.
Además, se evidenció una estrecha relación entre intermediarios como ECOM (principal proveedor de Nestlé) y el gobierno mexicano, con desvío de fondos públicos hacia proyectos corporativos.
Santiago Argüello, exfuncionario de la Secretaría de Agricultura, ejemplifica el fenómeno de "puertas giratorias": tras trabajar para Starbucks y ECOM, impulsó políticas que beneficiaron a estas empresas desde el gobierno.
Silencio corporativo
Ante las acusaciones, Nestlé y Starbucks no respondieron a solicitudes de comentarios. El informe urge a los consumidores, gobiernos y sociedad civil a exigir transparencia y precios justos, así como a priorizar marcas con certificaciones independientes.
"Es hora de romper el ciclo de opresión. Cada taza de café debe reflejar equidad para quienes lo cultivan", concluye el documento.