Murciélagos fungen como jardineros nocturnos

Murciélagos fungen como jardineros nocturnosLos murciélagos realizan amplios trabajos de reconstrucción de selvas. Diego Pérez / CP

Cada noche los murciélagos tejen redes de vida entre los árboles de Copoya y Tuxtla Gutiérrez; enclavados en la Reserva Ecológica El Zapotal, un oasis de biodiversidad en la capital chiapaneca, los murciélagos frugívoros trabajan como invisibles jardineros dispersando miles de semillas de plantas regionales.

Trabajo

Una investigación de la bióloga Mariana Monserrat Ramírez Pérez, documentó que estas especies dispersan 10 mil 125 semillas de 12 plantas nativas, acelerando la recuperación de este pulmón verde amenazado por la expansión urbana.

La especialista de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) estuvo durante siete meses de muestreo y capturó a 423 murciélagos de nueve especies mediante redes de niebla.

El análisis de sus excretas evidenció que consumen frutos de higueras (Ficus aurea), cerezas de Jamaica (Muntingia calabura) y solanáceas silvestres, transportando sus semillas hasta zonas degradadas. El murciélago gigante (Artibeus lituratus), especie más abundante (48 % de los ejemplares), dispersó mil 965 semillas y nueve tipos de plantas. El 75 % de las semillas dispersadas pertenece a especies pioneras, vitales para regenerar bosques fragmentados.

Comunidad estable

A pesar del entorno urbano, la reserva alberga una comunidad estable de frugívoros, incluyendo especies sensibles como Carollia subrufa, indicadora de buen estado de conservación.

“Estos mamíferos son ingenieros ecológicos”, explica Ramírez en su tesis. “Al defecar en vuelo, generan lluvias de semillas que colonizan claros donde otros dispersores no llegan”.

El estudio también detectó adaptaciones sorprendentes como el murciélago bigotudo mesoamericano (Pteronotus mesoamericanus), tradicionalmente insectívoro, incluyó frutos en su dieta.

Con solo 102 hectáreas, El Zapotal enfrenta presión de asentamientos irregulares y pérdida de conectividad. La investigación alerta que 50 % de anfibios y 10 % de aves reportados en 1998 han desaparecido.

Los murciélagos, al sostener la regeneración vegetal, se convierten en aliados clave para su resiliencia. El trabajo propone ampliar los muestreos y estudiar la germinación de semillas dispersadas. “Entender estos procesos”, concluye Ramírez, “permitirá diseñar corredores biológicos que integren la reserva al paisaje urbano”.